sábado, 29 de febrero de 2020

¿Cómo mejorar la economía?

Jorge G. Alvear Macías
¿Será posible alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos? Una delegación de alto nivel de funcionarios entendidos en comercio e inversión de ese país vendría a Ecuador en abril, para explorar posibilidades de inversiones en proyectos de energía e infraestructura, según apuntó el Wall Street Journal. 
Si logramos dicho acuerdo, ¿será suficiente para reparar la maltrecha economía causada en gran medida por el gobierno de Rafael Correa, quien obró bajo la inspiración de un sectarismo ideológico? 
Sabemos que contamos con la buena voluntad política de los presidentes Trump y Moreno. Atrás quedaron las malas relaciones internacionales entre Estados Unidos y Ecuador, durante los diez años del gobierno de Rafael Correa. Aunque están frescos los recuerdos de la hostilidad a un país que tradicionalmente nos cooperó para solucionar algunos problemas importantes y que además es hogar de al menos un millón y medio de compatriotas.
Estados Unidos –“nuestro socio comercial”– nos asistió por décadas en temas de seguridad, económicos, de salubridad, desarrollo comunitario y culturales, para mencionar los principales; y aun así, el expresidente en un estado de paroxismo, en abril del 2011, expulsó a la embajadora Heather Hodges, luego de que el hackerJulian Assange revelara que aquella había desnudado ante sus superiores la corrupción del correato, en un informe confidencial; y además, no quiso hacer comentarios cuando el excanciller Patiño le pidió explicaciones. Y para reafirmar su antipatía al imperio dispuso el asilo de Assange en nuestra Embajada de Londres. 
La duda de este columnista sobre la concreción del ansiado acuerdo comercial obedece a que el presidente Moreno aún no muestra decisión para impulsar reformas legales necesarias para crear condiciones que nos acerquen a las de nuestros países competidores, concretamente Colombia y Perú; y, las que se han tomado hasta ahora no se compadecen con los objetivos de crear los mejores escenarios para incrementar la exportación nacional y atraer nuevas inversiones. 
¿Podremos destrabar el mercado estadounidense que actualmente facilita las transacciones de Colombia y Perú, con ventajas a las que no tenemos acceso? ¿Podremos competir sin las inversiones extranjeras directas (IED) que tienen nuestros vecinos, además de los conocimientos técnicos, habilidades gerenciales y de organización? 
El Banco Mundial (reporte efectuado entre el 2017 y 2018) destaca que las grandes corporaciones globales a la hora de invertir en un país valoran los estímulos que ofrece, tales como reducción o eliminación de impuestos a los negocios. A las multinacionales les seduce la transparencia y previsibilidad de las acciones gubernamentales. Se alejan de países con burocracias ineficientes, legislaciones mañosas propiciadoras de discrecionalidad y procedimientos engorrosos.
Para el Banco Mundial, un tercio de los inversionistas reinvierten todas sus ganancias en el país de acogida que tiene un gobierno confiable. En este contexto privilegian las regulaciones simples, la ausencia de barreras al ingreso de inversiones y una adecuada infraestructura (electricidad y vías de transporte).
Acorde al indicado estudio, nuestro país debe ofrecer a los inversionistas extranjeros las garantías de protección legal para sus inversiones. Entre estas, las seguridades a su capacidad de transferir dinero dentro y fuera del país y que no sufrirán expropiación o los efectos de cualquier conducta obscura o arbitraria del Gobierno. (O)
*Publicado previamente en el Diario El Universo el día viernes 28 de febrero del 2020
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