viernes, 30 de diciembre de 2011

El 2012 y sus expectativas

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com | 

Un nuevo año siempre ofrece nuevas posibilidades de desarrollo y bienestar, por supuesto, mediando una visión optimista.

Con esa consideración, el 2012 debería satisfacer el amplio espectro de las expectativas de los ecuatorianos. Así, en lo personal abrigo las esperanzas de que vengan las oportunidades de trabajo para los desempleados, la alfabetización para los analfabetos, la salud para los enfermos, la seguridad ciudadana, jubilación no obligatoria pero sí voluntaria y digna, crecimiento de los hijos sin carencias de toda índole, dinero para el endeudado, respeto para los mayores adultos y personas con discapacidad; y hasta perdón para el agobiado por un sentimiento de culpa.

Se reitera en numerosas publicaciones, que algunas de esas ansiadas y legítimas aspiraciones son posibles; unas pueden ser construidas y logradas con la iniciativa individual y otras con acciones gubernamentales para llenar el vacío de la imposibilidad de la primera. Ambos esfuerzos realizados en armoniosa coincidencia lógica y sin exclusiones. Con optimismo, tolerancia, trabajo, perseverancia, humor (como recomienda el vicepresidente) y aprendiendo de los exitosos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

D 19-20

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com | 

El mes de diciembre para muchos constituye sinónimo de unidad familiar, amistad, bienaventuranza y esperanza de días mejores. Un mes que nos promete paz.

Sin embargo, entre el 19 y el 20 de diciembre del 2001, millares de argentinos salieron en forma espontánea a las calles para protestar contra el presidente Fernando de la Rúa y provocaron su renuncia. Hay quienes sostienen que la protesta fue en general contra todos los dirigentes del país.

En su momento, las protestas y los actos vandálicos fueron cubiertos por CNN, pero gracias a internet tenemos detalles: http://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_diciembre_de_2001_en_Argentina 

viernes, 16 de diciembre de 2011

Lo registrable

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com | 

La insólita intención de que el IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual) registre, como marca exclusiva para el uso de la Presidencia, las denominaciones 30S, 30-S y “prohibido olvidar”, relacionadas al día de la revuelta policial (¿y de la incursión armada al hospital de la Policía?), sigue generando cuestionamientos de toda índole y hasta comentarios chuscos. Además de que se han presentado oposiciones dentro del trámite que exige la ley.

En un análisis jurídico, destinado a establecer la procedencia de la indicada solicitud, debe considerarse que la justificación para el registro de una marca o de un lema, es en términos generales, el afán de proteger un interés económico. Por supuesto, originado con la creación o fabricación y comercialización de un producto. Para evitar así que nadie se beneficie ilegítimamente del ingenio o esfuerzo ajeno.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Fallutelli

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com | 

Era un personaje de las “tiras” cómicas de la década del sesenta. Los de mi generación y otros mayorcitos deben recordarlo. Su creación se atribuye al caricaturista argentino José Divito.

Fallutelli apareció, gracias al ingenio de Divito, como “un retrato a la antigua, del porteño de dos caras”. Se trataba de un individuo con características de arribista sin escrúpulos, chismoso, oportunista, hipócrita, desleal, traicionero y odiado por sus compañeros de trabajo. Divito además lo presentó como un oficinista bien vestido (de traje, corbata y sombrero), de gran sonrisa, moviéndose entre intrigas, “a la espera de que aparezca en la historieta la credulidad de los demás”. Que por lo general aprovechaba para hacer méritos frente a su jefe.

En las reseñas de internet sobre el Fallutelli, también se alude la expresión del diccionario lunfardo argentino: la persona que es falsa, desleal, hipócrita, traicionera.

¿Por qué la remembranza? Porque me temo que hay alguien en el accionar de la Asamblea Nacional, que aboca a sus miembros a traicionar a los mandantes y a infamar los postulados de la Constitución.

viernes, 2 de diciembre de 2011

ISD, ¿confiscación?

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com | 

En general se identifica un tributo o impuesto como aquella obligación dineraria que establece la ley para costear el funcionamiento del Estado. Hay el “impuesto revolucionario”, exigido por ciertas organizaciones terroristas usando extorsión o amenazas.

En un Estado constitucional de derechos y justicia, los tributos responden a principios tributarios, interconectados con otros que rigen el ejercicio de los derechos ciudadanos. En el otro extremo está el “Estado recaudador”, que busca la consolidación fiscal, ampliando las facultades de las autoridades, que menoscaban los derechos y garantías de los contribuyentes. En especial, la disminución de la seguridad jurídica, como ocurre en este país, donde se imponen reformas retroactivas para los procedimientos coactivos. Es decir, se impone la recaudación a como dé lugar y se trata a los contribuyentes como enemigos del Estado.

La Ley de Fomento Ambiental y Optimización de los Ingresos del Estado –además de su cuestionado trámite y veloz promulgación– demuestra lo que representa un “Estado recaudador” que no se sujeta a principios tributarios ni a la Constitución. Esta queda como atado de preceptos de uso discrecional, no obstante que las normas secundarias y los actos del poder público deben mantener conformidad con las disposiciones constitucionales. Especialmente en lo que concierne al mantenimiento del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) que debió eliminarse; no se lo hizo y además se lo incrementó.