viernes, 29 de enero de 2016

128 años de la Junta

Jorge G. Alvear Macías

Instituciones como la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) son necesarias, cuando un Estado no puede atender él solo la salud de los más pobres.
En países con economías pobres o mal administradas, se necesitan iniciativas voluntarias, generosas y solidarias. Como la que llevó a fundar la JBG en 1888, cuando Guayaquil tenía 170 manzanas y 25.000 habitantes. Ícono guayaquileño que por más de una centuria se ha orientado a satisfacer necesidades de salud, principalmente. Sus altruistas obras incluyen servicios de maternidad, hospitales, albergue para ancianos, servicios de exequias y sepultura. Además, indirectamente ha coadyuvado, con terrenos de su propiedad, al desarrollo urbanístico en sectores estratégicos.
Los guayaquileños y ciudadanos del país pueden atestiguar tales servicios de salud. Su hospital más importante, el Luis Vernaza (junto al Roberto Gilbert), suple grandes vacíos en los servicios hospitalarios estatales.
Tuve la feliz oportunidad de recorrer parte de sus instalaciones, gracias a la invitación de Juan Marcet (inspector de la JBG), quien –como muchos miembros de la institución– ha organizado su tiempo para distribuirlo entre el quehacer particular y el apoyo al mejor funcionamiento del Vernaza, tal como los guayaquileños mencionamos a esa casa de salud.
Muchos desconocen el tesonero trabajo en los 45.000 m² de las dependencias del hospital. Para empezar, es la fuente de subsistencia de 3.088 personas, entre administrativos (872), enfermeras (1.010), internistas (198), médicos residentes (305), médicos especialistas (453) y tecnólogos (798). Ahí se atiende a pacientes que pueden pagar sus curaciones o tratamientos, como a quienes no pueden costearlos total o parcialmente.
El hospital tiene 715 camas para pacientes regulares y un área de terapia intensiva con 75 camas (número significativo en los estándares hospitalarios más altos). Cuenta con 24 quirófanos para urgencias y operaciones programadas.
En el 2015, fueron atendidas 562.755 citas ambulatorias; practicadas 23.150 cirugías; y, egresaron 28.955 pacientes. Su moderno laboratorio clínico (automatizado y con cero margen de error) realizó 2’734.101 exámenes. SIGA LEYENDO: http://www.eluniverso.com/opinion/2016/01/29/nota/5373658/128-anos-junta
*Publicado originalmente en el Diario El Universo el viernes 29 de enero del 2016

viernes, 22 de enero de 2016

Final amargo


Jorge G. Alvear Macías@jorgalve


Una carta de George Orwell de 1944, publicada en el libro George Orwell: una vida en cartas (2013), suministra inquietantes vaticinios para el mundo, algunos ya cumplidos. Veamos.
Desapareció Hitler y los totalitarismos continuaron en ascenso en algunos países, pues surgieron otros “führer”. Aunque actualmente, afortunadamente, se desintegran: Argentina, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, para mencionar unos pocos.
Por ello Orwell anticipó la tendencia a no creer en la existencia de la verdad objetiva, “porque todos los hechos deben ajustarse a las palabras y profecías de algún ‘führer’ infalible”. Hitler decía que los judíos empezaron la guerra –y si él sobrevivía al frente de una Alemania triunfadora–, “hoy eso sería la historia oficial”. En Latinoamérica lo hemos visto. Además, muchos intelectuales afines al poder del momento (no digo todos) “son más totalitarios en perspectiva que la gente común”. En Ecuador, a algunos académicos no les incomodan los métodos dictatoriales, mientras sientan que las prácticas están de “su” lado. Los vemos en los círculos de poder.
Alguna relación con lo observado tienen las recientes declaraciones de la secretaria de Gestión Política del Gobierno Nacional, Paola Pabón, al comentar los nueve años del Gobierno. Sugirió que en el país se han dado cambios en condiciones democráticas, soslayando que estamos condicionados por leyes que las restringen. Afirmó (resistiéndose a la lacerante verdad objetiva) que el modelo económico gubernamental le ha dado esperanza y ha cambiado la vida a los ecuatorianos. Negando que la oposición planteó alternativas para salir de la crisis (reduzcan el gasto excesivo se les repitió). Ella, como el presidente, piensa que la “situación compleja” de la economía debe identificársela como “el temporal perfecto”; y claro, “es imposible que no salgamos mojados”, dijo (¿O ahogados?). El símil con un fenómeno atmosférico intenta desviar la atención de las verdaderas causas de la debacle económica –en proceso– que incluyen la ineptitud.

viernes, 15 de enero de 2016

Referéndum revocatorio

Jorge G. Alvear Macías

Hoy Nicolás Maduro debe explicarles a los venezolanos ¿qué hizo con los recursos del Estado en gran medida provenientes de la exportación del petróleo y los impuestos?; ¿por qué la inflación supera el 200%?; ¿por qué el desabastecimiento, la escasez, la crisis en los servicios públicos? Así está previsto.
Por primera vez Maduro (incluido todo el régimen chavista actual) tendrá que dar cuentas de su gestión frente a la Asamblea. Esta corporación no es oficialista y representa una mayoría calificada, no obstante la ausencia de tres diputados impedidos de actuar debido a una cuestionada resolución del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Argucia de la que estarían detrás los que buscan detener el tsunami de cambio del modelo de Gobierno.
Ya se conocen detalles de la insólita sentencia dada contra tres diputados de un estado venezolano (Amazonas), que estaban proclamados, juramentados y posesionados por la delegación regional del Consejo Nacional Electoral. Una decisión alarmante que debe alertarnos para que no ocurra en nuestro país.
Desde Venezuela se acusa a la resolución de vulnerar derechos electorales de toda una región. También que es consecuencia de la falta de independencia judicial. Hay muchos y claros indicios de certidumbre. Por ejemplo, en los últimos días del pasado diciembre cuando se conoció que la oposición alcanzaría la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, los asambleístas chavistas se adelantaron a elegir jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Entre los jueces elegidos se incluyó a Christian Zerpa, quien fue diputado chavista hasta el día anterior a su designación; y, fue él precisamente, quien redactó la indicada sentencia (magistrado ponente). Luego Diosdado Cabello declaró que ningún poder del Estado debe reconocer como válida a la Asamblea Nacional. SIGA LEYENDO:

viernes, 1 de enero de 2016

¡Ay, Samper!

Jorge G. Alvear Macías


En declaraciones publicadas por EL UNIVERSO y medios extranjeros, el secretario general de Unasur, Ernesto Samper, afirmó que los cambios políticos en Argentina y Venezuela responden al “giro normal” en un sistema democrático y que no hay confrontación ideológica en la región. Dichos simplistas que no disimulan su desazón, a pesar del lenguaje diplomático.
Es comprensible que no desee incomodar a quienes lo designaron, más su malquerencia hacia la prensa parece un rezago por la estigmatización cuando fue acusado de recibir aportación non sancta en su campaña presidencial. Estima en estos cambios políticos, el “aparecimiento y la consolidación de unos poderes fácticos” que –según él– son actores políticos que hacen política sin responsabilidad política; y además tilda a “algunos medios y grupos de comunicación” y ONG de actuar en función de intereses particulares. Lo cierto es que el periodismo independiente y las organizaciones de derechos humanos, ayudaron a la ventilación de la pestilente corrupción en Venezuela y Argentina; y permitieron nuevos vientos de libertad y transparencia.
El “giro normal” que adujo, al menos en Venezuela, no es tal. Los partidos de oposición –pese al reducido espacio democrático–, capitalizaron el rechazo a un gobierno autoritario de apariencia democrática, violento y generador de violencia, con sospechas de vinculación al narcotráfico, transgresor de derechos humanos y destructor de la economía y la seguridad ciudadana (27.875 homicidios en el 2015), que ha utilizado propaganda distorsionadora y alucinante, copiada del nazismo. SIGA LEYENDO: