lunes, 9 de agosto de 2010

Policía y Derechos Humanos

Jorge G. Alvear Macías


Recientemente Ecuavisa y Teleamazonas transmitieron imágenes de un video del sistema Ojos de Águila. Así pude ver cómo un ciudadano fue agredido, sometido y apresado por tres policías, a quienes el afectado habría pedido ayuda luego de sufrir un asalto.

Los informativos complementaron que en el parte policial se acusaba al individuo de haber insultado a los policías y de alterar el orden público. Sin embargo, las imágenes presentaron al ciudadano en actitud pasiva cuando fue sorprendido con un golpe en el rostro por uno de los policías, que lo hizo tambalear en dirección al suelo. Posteriormente fue introducido a empellones al vehículo policial por los tres gendarmes. Mentalmente me pregunté: ¿había necesidad de la agresión y uso de la fuerza contra esa persona que no representaba amenaza para nadie?

Muchas personas habrán observado lo que resumo y no pocas lamentarán lo sucedido, no solo por la víctima, sino por la institución policial. Este es un evento más que la aleja de la sociedad, pese a que es parte de ella. Es una situación que avergüenza a los policías de honor, que los hay, de los policías con alta calidad profesional, que los hay, y de los que respetan los derechos humanos, que también los hay.

En fin, lo ocurrido trae más desconfianza, justo ahora que la delincuencia tiene sometida a la ciudad y dependemos de los mejores esfuerzos de la Policía para recuperar la seguridad. Es casi un mensaje de desesperanza que nos deja pocas alternativas y alienta las soluciones inciviles.

La conducta brutal de los policías evidencia que el Ministerio de Justicia y de Derechos Humanos no está atendiendo debidamente una de sus responsabilidades: la de promover entre los gendarmes el respeto de los derechos humanos. Cuánto bien haría difundir en las escuelas de formación y en cuarteles, las reglas básicas de un manual para policías, publicado en el año 2003 por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Se trata de una guía con Normativa y Práctica de los Derechos Humanos para la Policía, aplicable en investigaciones, detención y uso de la fuerza. Por ejemplo, para el uso de la fuerza se advierte:

  • Toda persona tiene derecho a la vida, a la seguridad y a no ser sometida a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
  • Recurrir preferentemente a medios no violentos.
  • Utilizar la fuerza solo cuando sea estrictamente necesario.
  • Reducir al mínimo los daños y las lesiones.
  • Disponer de medios para el uso diferenciado de la fuerza.
  • Todo policía debe estar adiestrado en el uso de distintos medios para el uso diferenciado de la fuerza.
  • Todo policía debe estar adiestrado en el uso de medios no violentos.
  • Utilizar la fuerza solo para fines lícitos de aplicación de la ley.
  • No hay excepciones ni excusas para el uso ilegítimo de la fuerza.
  • La fuerza debe ser proporcional a los objetivos lícitos.
  • La fuerza se utilizará siempre con moderación.

La guía ayudaría a recuperar la confianza de la sociedad.

*Publicado en el Diario El Universo, lunes 09 de agosto del 2010