sábado, 23 de febrero de 2019

¿Mareando la perdiz?

Jorge G. Alvear Macías

No se vislumbra una efectiva lucha contra la corrupción y la impunidad. La ciudadanía sigue sometida a discursos cambiantes, como si mediara intención de dilatar u obstaculizar la solución.

En diciembre pasado, el presidente Moreno descartó una comisión internacional de lucha contra la impunidad con apoyo de Naciones Unidas (NN.UU.), similar a la Cicig de Guatemala. Lo reiteraron voceros del Gobierno y de la Comisión Nacional de Lucha contra la Corrupción, alegando razones de soberanía nacional y el derecho a ejercitar nuestra capacidad para resolver los problemas nacionales sin necesidad de extranjeros “que nos den haciendo lo que debemos hacer”.

Posteriormente, la Fiscalía General evidenció incapacidad para procesar acusaciones en casos sofisticados de corrupción. Antes el país había conocido información generada en Estados Unidos y Brasil sobre corrupción en Ecuador. A la fecha solo hay pocos procesamientos penales contra altos exfuncionarios públicos, algunos sin sentencia firme.

El canciller justificó la presencia de una comisión internacional anticorrupción, como “instancia independiente, autónoma, que pueda incluso avanzar de una manera más eficiente y eficaz en investigaciones... Casos emblemáticos que hayan causado conmoción en la sociedad”. (Diario Expreso).

El secretario Anticorrupción de la Presidencia expresó que dicha comisión internacional –autorizada esta semana por Lenín Moreno– tendría cinco expertos internacionales con alto conocimiento, para apoyar instituciones encargadas de la denuncia, detección, investigación y judicialización de actos de corrupción. Agregó que esos expertos diagnosticarán y resolverán para que la impunidad no sea “carta de presentación de la Justicia”. Sin embargo, el presidente había advertido que la comisión internacional anticorrupción sería asesorada por NN.UU., OEA, Transparencia Internacional y el BID. ¿Los cinco expertos serán asesores o serán asesorados?

La propuesta de una comisión internacional contra la impunidad financiada por las NN.UU., que ha sido respaldada a nivel nacional por articulistas y asambleístas, especialmente de abogados, comporta otra conformación, rango y garantías de conocimientos, independencia y eficacia. Lo anticipado por Moreno difiere del modelo que funciona en Guatemala y que es mejorable.

La comisión internacional que necesitamos requiere mínimo de 200 especialistas que entrenen a nuestros fiscales y policías, en investigaciones de delitos sofisticados y en análisis para rastrear internacionalmente activos ilegales; de expertos litigantes para preparar casos y que las acusaciones de la Fiscalía conduzcan a condenas efectivas. Que no vuelva a ocurrir que un exministro acusado de peculado sea absuelto “…porque la única prueba que tenía la Fiscalía contra el Dr. Espinel era el informe de Contraloría, y esto no constituye una prueba, sino un indicio…”, según su abogado.

En la Cicig, que no recibe dinero del Estado guatemalteco, trabajan profesionales de 25 países, expertos en técnicas sofisticadas de investigación y litigación; en legislación contra la impunidad y en capacitar fiscales. Ellos colaboran directamente con la Fiscalía General de la Nación y actúan como un organismo independiente, pero bajo las leyes guatemaltecas. En Ecuador podrían recibir denuncias confidenciales de la ciudadanía.

El excomisionado Carlos Castresana describió la labor de la Cicig así: “Todos los casos que hemos llevado a juicio, todos han sido sentencias condenatorias contra todos los acusados. [Eso] es un terremoto para un país como Guatemala”. ¿Y para Ecuador?

*Publicado previamente en el Diario El Universo el día viernes 22 de febrero del 2019.


viernes, 15 de febrero de 2019

Maduro, usurpador


Jorge G. Alvear Macías

Las revelaciones en la carta del papa Francisco a Maduro, divulgada esta semana, anticipan que los pedidos de diálogo para terminar con la crisis venezolana no tendrán respuesta positiva del lado del Vaticano. El pontífice perdió la paciencia con Maduro, a tal punto que evitó mencionarlo como presidente. Algo que no parece un descuido. “En el mundo diplomático, las cartas pasan por varios filtros, y el Vaticano es muy cuidadoso en esos temas”, explicó Juan Álvarez Vita, embajador peruano de carrera y catedrático universitario de Derecho y Política Internacional. 

José Mujica, defendiendo a Maduro (aunque alguna vez lo calificó de más loco que una cabra), reclama paciencia para resolver la crisis venezolana y hasta asegura que Maduro no tiene culpa de la falta de alimentos, pues no hay agricultura suficiente en Venezuela para alimentar al pueblo. El exguerrillero uruguayo tampoco cree en el diálogo y teme una guerra entre los bandos en disputa. Pero también le cuesta reconocer la ilegitimidad de Maduro y prefiere no entrar en ese análisis, aunque no pierde oportunidad para descalificar a Juan Guaidó, mencionándolo como “presidente autoproclamado”, que “o es muy joven o tiene detrás la seguridad que da el Ejército de Estados Unidos”. 

Mujica, con sesgo necio y creyendo mantener el alto nivel de liderazgo que alguna vez tuvo –aunque está acusado de alcahuete de la corrupción en su país–, sostiene: “Quieren convencernos de que la eventual ilegitimidad de unos se sustituye por la ilegitimidad de otros”. Argucia gastada para no discutir las razones de la oposición venezolana para desconocer la autoridad de Maduro; entre ellas, las de la Constitución venezolana: “Artículo 137. La Constitución y la ley definirán las atribuciones de los órganos que ejercen el Poder Público, a las cuales deben sujetarse las actividades que realicen”. Y el “Artículo 138. Toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”. Por ello la Asamblea Nacional Legislativa de Venezuela declaró a Maduro usurpador de la presidencia.

Volviendo sobre el texto de la carta del pontífice, muchos comentarios periodísticos coinciden en que Maduro incumplió lo acordado con Francisco y sugieren que se hartó de ser manipulado. El columnista Massimo Franco (del periódico italiano Corriere della Sera) señala: “Maduro ha buscado el diálogo utilizando la pantalla vaticana para después desatender los compromisos tomados. Y el papa se lo hace ver”. Para Franco, los incumplimientos de Maduro causaron desilusión a Francisco porque “los intentos fueron frustrados por la resistencia sorda del régimen de Maduro y la realidad de una oposición venezolana dividida y confusa”. Se entiende que son frustraciones de cuando la oposición venezolana estaba dividida, lo cual ya no es así.

El pontífice también indicó que el Vaticano está junto a la Conferencia Episcopal venezolana para ayudar al pueblo. Esta anotación debe sumarse al contexto de las declaraciones del cardenal venezolano, Baltazar Porras, quien al referirse a la carta manifestó el respaldo de la Iglesia católica a la Asamblea Nacional. “El poder legítimo y elegido por el pueblo claramente es la Asamblea Nacional, de tal manera que es ahí donde reposa lo que es la Constitución…”. Recordemos que esta lo declaró usurpador a Maduro. (O)

*Publicado previamente en el Diario El Universo el día viernes 15 de febrero del 2019.


sábado, 9 de febrero de 2019

¡Afuera el tirano!

Jorge G. Alvear Macías

Hay varios antecedentes determinantes de la ilegitimidad del gobierno de Nicolás Maduro:

- Cuando se vaticinó que la oposición ganaría las parlamentarias en diciembre del 2015,  Maduro anticipó que no aceptaría esa derrota; es más, antes de la posesión de la nueva Asamblea buscó bloquear su gestión con ayuda del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Por su lado, Diosdado Cabello, entonces presidente del Parlamento saliente, advirtió que nombraría nuevos magistrados del TSJ. Lo dicho se cumplió. 

Con la elección de magistrados chavistas el régimen se blindó para enfrentar a la nueva mayoría opositora en el Parlamento, desde enero de 2016. La Sala Constitucional estaría controlada por Maduro y este podría objetar a placer las nuevas leyes y resoluciones del Parlamento opositor, acusándolas de inconstitucionales.

En la designación de magistrados no hubo etapa impugnatoria. Todo se consumó entre el 22 y 23 de diciembre de 2015, en sesiones extraordinarias y durante la vacancia legislativa. Entre los designados se escogió a militantes y exdiputados oficialistas. Incluso uno de ellos –el magistrado Christian Zerpa– había participado y perdido en las recientes elecciones.

- Se nombró defensora pública a Susana Barreiros, la jueza que condenó a más de trece años de cárcel al opositor Leopoldo López.

- Dos semanas después del triunfo opositor, Maduro creó un “Parlamento Comunal” dizque para “fortalecer el poder del pueblo”, instalando así una Asamblea Nacional paralela, para aprobar reformas legales antes del inicio de labores legislativas el 5 de enero de 2016.

- Al mismo tiempo el tirano promovió en la Fiscalía investigaciones por supuestas compras de votos durante los comicios, para impugnar a 22 asambleístas opositores elegidos.

- En enero del 2016, el TSJ empezó a anular las legítimas actuaciones del nuevo Parlamento. En una sentencia declaró la nulidad absoluta e irrevocable del proceso de revisión de los magistrados nombrados por el oficialismo en forma apresurada. En otra, declaró a la Asamblea Nacional “en desacato”.

- En otras sentencias, el TSJ se atribuyó todas las funciones de la Asamblea Nacional y anuló la inmunidad parlamentaria de los asambleístas opositores. Aunque después fueron rectificadas parcialmente. Tales sentencias del TSJ evidenciaban que Maduro había instaurado una dictadura y había pulverizado el principio democrático de separación de poderes.

- En la secuencia, se instaló una espuria Asamblea Constituyente, la que a su vez convocó el 2018 a elecciones anticipadas para presidente de la República. Estas se realizaron el 20 de mayo de ese año y el déspota fue “reelegido”. Tal reelección fue cuestionada por la oposición y la comunidad internacional, por ser producto de un proceso antidemocrático, injusto y amañado; además, con mayoritaria abstención de electores. 

- Entre el 5 y 7 de enero de este año 2019, Diosdado Cabello anticipó que Maduro se juramentaría ante el TSJ y no ante la Asamblea Nacional, por encontrarse dicho organismo en desacato declarado.

- El 8 de enero, la Sala Constitucional interpretó que Maduro debía juramentarse ante el TSJ, pues la Asamblea Nacional se encontraba en flagrante desacato. Para tal despropósito el TSJ invocó una inexistente “duda razonable”.

¡Sobraban fundamentos para que Juan Guaidó asumiera como presidente encargado de la sufrida Venezuela! 

*Publicado previamente en el Diario El Universo el día viernes 8 de enero de 2019.
 https://www.eluniverso.com/opinion/2019/02/08/nota/7177913/afuera-tirano

viernes, 1 de febrero de 2019

Debatir, no rehuir esa obligación

Jorge G. Alvear Macías
En febrero y marzo, antes de los sufragios seccionales del 24 de marzo, los candidatos a alcalde de Quito, Guayaquil y Cuenca participarán en debates electorales. La iniciativa del Grupo Faro, en alianza con el CNE, Diario EL UNIVERSO, Telerama y la Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos del Ecuador, busca que el electorado acuda a las urnas debidamente informado de las propuestas de los candidatos. Se elegirán 23 prefectos, 221 alcaldes, 868 concejales urbanos, 437 concejales rurales, 4.000 vocales principales de las juntas parroquiales y 7 miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
El debate entre aspirantes a las dignidades permitirá al ciudadano, entre otras cosas, que se involucre y participe con protagonismo en los problemas y soluciones de la comunidad en el ámbito más próximo del individuo y a coadyuvar al cambio de la realidad de un país con la que estamos inconformes. La decisión afectará nuestros destinos. Por ello es sumamente importante contar con información adecuada y suficiente.
Conocer las ideas y propuestas de los candidatos es positivo para reconocer los motivos de discrepancia o construir consensos alrededor de ellas. Sin olvidar nuestra obligación de revisar el pasado de los candidatos, para identificar a los audaces y prevenir los fiascos. No quedarnos en lo superficial y ahondar para lograr la mejor decisión.
La iniciativa surge cuando hay cada vez menos debate dentro de los procesos comiciales que se realizan en el país. Una secuela triste de los últimos tiempos. Hay quienes sostienen que los estrategas y asesores recomiendan a los candidatos que lideran las encuestas no participar en debates o evitarlos; entre otras razones, porque si la elección se convierte en un debate sobre la honestidad del candidato, tendría efectos doblemente desalentadores sobre un sector del electorado que busca, por ejemplo, respuestas para salir de una crisis, y claro en ese caso, se atenderá más el análisis de las fortalezas y debilidades del candidato que al mensaje o se desconfiará de su oferta. Además, si el debate fuere transmitido por televisión, puede cambiar las preferencias de los electores. En Estados Unidos los debates son decisivos. Algo más de la mitad de los votantes deciden su voto después de un debate.
En la publicación digital Semana.com se reitera que el debate sigue siendo el medio más apropiado para que el ciudadano conozca, además de las propuestas de un candidato, su capacidad de reacción e improvisación, su posición frente a temas polémicos y el nivel de su carácter. El debate provee un muy buen escenario para comparar las propuestas de los aspirantes, identificar los compromisos que estos pueden tener y con quiénes. Es una oportunidad para que los candidatos generen confianza.
Consideremos, entonces, que la negativa a debatir deja como mensaje que el candidato tiene algo que esconder o que no tiene nada importante que decir.
En fin, la ciudadanía que asume la responsabilidad de elegir dignatarios debe tomar una decisión libre e informada; y el debate es un excelente mecanismo para lograrlo.
Este columnista felicita al Grupo Faro, Telerama y a Diario EL UNIVERSO por la idea de realizar el indicado debate entre candidatos. (O)
*Publicado previamente en el Diario El Universo el día viernes 1 de febrero del 2019.