viernes, 24 de febrero de 2017

Carnaval sí, carnavalazo no

Jorge G. Alvear Macías 


Habrá segunda vuelta el próximo 2 de abril entre los binomios Moreno-Glas y Lasso-Páez, así lo anunció el presidente del Consejo Nacional Electoral, Juan Pablo Pozo, el miércoles de esta semana, luego de 72 horas de espera, que mantuvo en vilo a la ciudadanía, en medio de sospechas y acusaciones de fraude en las redes sociales.
Hay quienes sostienen que Guillermo Lasso capitalizaría la mayoría de votos de la oposición, que representó el 60%; el presidente Correa afirmó que Alianza PAIS lo derrotará fácilmente en la segunda vuelta por sus antecedentes de banquero y por afín a la derecha; otros vaticinan que será una contienda difícil, reñida, con final de “fotofinish”. Pero pocos, como Osvaldo Hurtado y León Roldós, se detienen a considerar el perjuicio de la presencia del presidente Correa como gran promotor de Lenín Moreno, apoyo que implícitamente recuerda su dirección en las decisiones de otras funciones del Estado; y, si consecuentemente, el candidato de Alianza PAIS fuere elegido, habría de colegirse su influencia. Este columnista encuentra evidencia de la negativa participación electoral del presidente, cuando impulsó la reelección del alcalde de Quito Augusto Barrera. Finalmente abonó para el ascenso de Rodas, contra todo pronóstico.
Lo cierto es que el binomio Moreno-Glas contó en la primera vuelta –contrariando la ley– con un descomunal aparato oficial de publicidad electoral que lo apoyó sin recato, y de reiterarse gravitaría en la segunda vuelta; esto además de la asignación de los recursos lícitos entregados por el CNE y la limitación de Lasso y Páez en ese ámbito. 
*Publicado originalmente en el diario El Universo, el día viernes 24 de febrero del 2017

viernes, 10 de febrero de 2017

¡Ya no más ‘Capayas’!

Jorge G. Alvear Macías 


Nos mantienen absortos los capítulos de corrupción de los últimos meses, acusados por autoridades extranjeras, otros comentados localmente. Unos con protección oficial a los corruptos, en otros casos retirada y por ende la respuesta furibunda de los “traicionados”. Son “fotos” de condiciones morales desoladoras. Ya lo describió el tango Cambalache: da lo mismo ser un burro que un doctor honoris causa, dado que los inmorales nos han “igualao”. Hoy muchos “estafaos 
contentos y amargaos” han depositado sus esperanzas en individuos que están fuera de la ley, para librarnos de un gobierno que estaría integrado por quienes roban en su ambición; colchoneros; reyes de bastos; 
caraduras o polizones...

Pero la corrupción no es inevitable. Se puede controlar o limitar, con un medio eficiente para desinstalarla del sector público; y luego, del sector privado. Ese medio debe provenir de afuera, pues nuestra cultura está entremezclada de intereses y compadrazgos.
Lo hemos comentado en esta columna: demandamos crear una Comisión Internacional Contra la Impunidad. No es cualquier colaboración de las Naciones Unidas, como en forma general han ofrecido más de un candidato, sin saber que una Comisión de tales características ayudaría a reformar leyes y a expedir la Ley de Extinción del Patrimonio, para delitos de peculado, sobornos, lavado de dinero, etc. En Guatemala funciona y logró llevar a la justicia al anterior presidente de ese país y a su vicepresidenta, además de a un centenar de exfuncionarios públicos y empresarios, inmersos en redes de corrupción. LÉA MÁS: 
*Publicado originalmente en el diario El Universo el día viernes 10 de febrero del 2017.

viernes, 3 de febrero de 2017

Justicia para un médico

Jorge G. Alvear Macías


La condena del cirujano quiteño Carlos López Ayala, por una presunta “falta de atención” médica a la ciudadana francesa Charlotte Mazoyer (que falleció en el quirófano), me recordó la entrevista a un famoso neurocirujano en el sitio BBC Mundo, Salud. El entrevistado, Henry Marsh, con 35 años de práctica profesional y autor del bestseller mundial en inglés Ante todo no hagas daño.
La entrevista me resultó relevante para comprender la situación del Dr. López Ayala en aquel fatídico día de la cirugía. Hoy está encarcelado como consecuencia de lo que parecería una injusta sentencia. Es que en la publicación me atrajo el elocuente dicho entre los médicos británicos, compartido por Marsh a la entrevistadora Inma Gil Rosendo: “Hacen falta 3 meses para aprender a hacer una operación, 3 años para saber cuándo hacerla y 30 años para saber cuándo no hacerla”, y, también su propia conclusión: “Cuando eres joven quieres operarlo todo, eres optimista, eres entusiasta. Después empiezas a acumular malos resultados y empiezas a entender que una operación no es la solución para todo”, lo cual revela la formación de la prudencia del profesional. Esta nota me ayudó a observar el contexto de la contingencia de gravedad que hubo de manejar el doctor López, y al mismo tiempo valorarla para operarla e intentar salvarle la vida a la señorita Mazoyer. LÉA MÁS. 
*Publicado originalmente en el Diario El Universo el día viernes 3 de febrero del 2017.