viernes, 26 de enero de 2018

Lula, el hombre de atrás

Jorge G. Alvear Macías

          La defensa de Lula reclamó que el Tribunal de Apelaciones ratificara la sentencia del juez Moro, e incrementara la condena original a 12 años y un día. Para los abogados, fue nuevamente condenado sin pruebas y sin que se identifique el “acto de oficio” que dio origen a los regalos recibidos de la constructora OAS, beneficiada con contratos del Estado. Insisten en que a Lula no se le demostró haber adquirido, de OAS, un departamento en la localidad de Guarujá.

               Los jueces del Tribunal juzgaron que demostrar la transferencia del departamento era una cuestión secundaria. Para ellos fue suficiente evidencia del crimen, que Lula haya mantenido en Petrobras a individuos para favorecer partidos políticos en un esquema de “propinas combinado con contratistas”. A los jueces les bastó invocar en la condena –y no es poca cosa– la teoría del dominio del hecho. Es decir, aquella también conocida como la del “hombre de atrás” (propugnada por Claus Roxin) aplicable a casos de delitos cometidos por organizaciones de poder, incluidas las estructuradas dentro de un Estado. Una teoría de la ciencia penal, que ha sido aplicada por las altas cortes de justicia de Alemania, Argentina y Perú, para nombrar pocos países.

                La Corte Suprema peruana la aplicó en el 2009, en la sentencia de Alberto Fujimori, por asesinato, lesiones y secuestro. Ahí se indica que desde la perspectiva jurídico penal, Fujimori fue autor mediato de los delitos de secuestro y desaparición forzada.*

                 La Fiscalía sostuvo que –la denominada autoría mediata– se concreta cuando el hecho punible se realiza por medio de otro; “cuando el hombre de atrás se aprovecha de los sujetos que se encuentran subordinados a otros en un aparato organizado de poder, de tal suerte que por esa vía el primero mantiene un dominio objetivo del hecho –autoría mediata por dominio de la organización–;… un aparato de poder estructurado y la predisposición de los ejecutores…”. Entonces se concluyó que Fujimori tuvo una intervención vertical en los delitos imputados –ejecutados materialmente por efectivos de inteligencia militar–, en los que se dio una división de funciones y una línea jerárquica en la organización, en cuya cúspide se encontraba el propio Fujimori. Él tuvo la posibilidad de influir y controlar la realización de los crímenes, “desde su respectivo nivel funcional, a través del aparato de poder que estaba a su disposición” en atención a su autoridad, liderazgo o ascendencia. De acuerdo a la teoría del hombre de atrás, en esta clase de organización delincuencial, el ejecutor es simplemente una “ruedita cambiable en la máquina del poder”, un “engranaje” sustituible en cualquier momento en la materialización de los designios ilícitos.

                Desde esta columna sugerimos que la Fiscalía General del Estado, reenfoque sus investigaciones en los casos de corrupción masiva, detectados en las contrataciones públicas y otros actos administrativos con desvíos de poder, como los ocurridos en Petroecuador y en el IESS, que envuelven delitos de peculado, cohecho, concusión y enriquecimiento ilícito. Muchísimos perpetrados en un esquema de delincuencia organizada que operó principalmente dentro del Estado, tal como ocurrió en Brasil. (O)

*"...Si bien no participó materialmente en su ejecución material, fue quien decidió y ordenó su comisión [ el hombre de atrás], orden que fue cumplida a través de la línea de mando por los grupos ejecutores [ hombres de delante]. Mediante una decisión autónoma mantuvo el dominio del hecho y controló el resultado típico. El imputado, en suma, tenía el dominio directo del aparato de poder, y un dominio en razón del vínculo formal con sus subordinados.”

** Publicado originalmente en el diario El Universo, el día viernes 26 de enero del 2018

viernes, 19 de enero de 2018

Venezuela, color de sangre

El Carnicero
Jorge G. Alvear Macías

Luego de la ejecución del policía venezolano Óscar Pérez y, antes, otros crímenes cometidos por integrantes de aparatos estatales y civiles armados por el chavismo, toma sentido aquel estribillo del canto “Venezuela es roja rojita, con mi comandante derrotamos a los fascistas…”. Tanto que el Spiegel Daily, un periódico de la revista Der Spiegel, calificó de El carnicero (Der Schlächter) al dictador Nicolás Maduro. Una lectura que sugerimos al presidente Moreno y a la canciller, para reconsiderar la vergonzante postura con el régimen del dictador.

El autor de la crónica, Dominik Peters, describe el contexto del gobierno de Maduro como sistema para apagar a sus oponentes y suprimir a su gente hambrienta, con la ayuda de los militares. En el caso de Pérez, un rebelde –expiloto– de las fuerzas policiales, fue declarado enemigo número uno del Estado, luego de que meses atrás había robado un helicóptero, disparó al Ministerio del Interior, lanzó granadas a la Corte Suprema y pasó a la clandestinidad reclutando rebeldes que pelean en las montañas alrededor de Caracas. Sin embargo, Pérez fue ubicado por las tropas y habría sido ejecutado luego de haberse rendido. Variados videos compartidos en las redes lo muestran sangrando, armado y ofreciendo entregarse. LÉA MÁS: https://www.eluniverso.com/opinion/2018/01/19/nota/6573550/venezuela-color-sangre

*Publicado originalmente en el diario El Universo, el día viernes 19 de enero del 2018.

viernes, 12 de enero de 2018

¡Más vergüenza!

 
El gobierno de Rafael Correa cometió un error de graves consecuencias para la imagen internacional del país, al conceder asilo diplomático a Julian Assange, quien huía de la justicia sueca acusado de delitos sexuales. Desde entonces la diplomacia ecuatoriana ignoró la clara y firme posición de la contraparte del Reino Unido, que aún pide a Julian Assange que deje la embajada para hacer frente a la justicia.
Pero las recientes revelaciones alrededor de Assange evidencian más irresponsabilidad, capricho y torpeza en el manejo de las relaciones internacionales.
Lo que al principio solo fue un rumor, se ha confirmado: el intento de la Cancillería para obtener del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido que Julian Assange sea aprobado como miembro de nuestra misión diplomática en Londres.
El periodista Martín Pallares, del medio digital 4Pelagatos, informó esta semana que el Foreign Office and Commonwealth Office del Reino Unido se negó a reconocer a Assange como un miembro aceptable de la misión ecuatoriana. Una situación bochornosa que el periodista extrae del texto de la comunicación así: “El Foreign Office and Commonwealth Office no considera que el señor Assange goce de ningún privilegio e inmunidad bajo la Convención de Viena en relaciones diplomáticas”.
Ahora toma sentido la cédula de ecuatoriano que habría sido entregada a Julian Assange el pasado 21 de diciembre y hasta un pasaporte. Es que la solicitud de aprobación para Assange, como miembro de la embajada, se debió acompañar con los documentos de identidad ecuatorianos. LÉA MÁS: 
*Publicado originalmente en el diario El Universo el día viernes 12 de enero del 2018.