viernes, 19 de septiembre de 2014

Derecho a protestar

Jorge G. Alvear Macías


Las movilizaciones de gremios de trabajadores y simpatizantes al Gobierno en diferentes ciudades del país, para exigir cambios en las políticas públicas o para defender al régimen, desde mi particular visión, solo alcanzaron parcialmente el objetivo que buscaron. Pero no es poco si se tiene en cuenta la presencia importante de manifestantes, pese a los resortes del ejecutivo; y, porque se creó importante expectativa con la convocatoria. Como ensayo para futuras movilizaciones queda una lección para los organizadores. Es de lamentar eso sí los actos de violencia que se suscitaron en Quito, que afortunadamente no se extendieron al resto del país.
Los medios informaron que la concentración de protesta de trabajadores en la Plaza de San Francisco en Quito fue acosada por miembros de la Policía Nacional con escudos y caballos que pretendían y lograron dispersarla. Esto, mientras los dirigentes convocantes a la marcha realizaban sus discursos.

viernes, 12 de septiembre de 2014

¿Dios los puso ahí también?

Jorge G. Alvear Macías

@jorgalve

Augusto Pinochet
Próximamente se cumplirán 41 años del asesinato del cantautor Víctor Jara, símbolo de la indefensión ciudadana en la dictadura de Pinochet, quien afirmara que Dios lo llevó al poder. Continúa la discusión si acaso el logrado desarrollo social, económico y tecnológico de Chile justifica el sacrificio de vidas, libertades y la violación de derechos humanos en dicha sociedad. Considerando que las bases para el éxito económico fueron sentadas durante ese gobierno, responsable de tales crímenes.
Muchos recordarán que en aquellos tiempos, en reuniones sociales se comentaba la necesidad de un Pinochet para que solucionara los problemas políticos, económicos y sociales de nuestro país. Entonces nada conocíamos de los asesinatos, torturas, desapariciones y violaciones de niñas y mujeres ejecutados por agentes del Estado chileno; y menos que hubiera víctimas ecuatorianas. Una información sin censura no habría permitido que “un Pinochet” estuviera entre nuestras opciones.

viernes, 5 de septiembre de 2014

‘Dios me puso ahí’

Jorge G. Alvear Macías


Ante las declaraciones insólitas y sorprendentes de envanecidos gobernantes, suele venir a mi mente la imagen del general Pinochet y su anecdótica frase que encabeza esta columna, refiriéndose a cómo llegó al poder.
Entre los dichos que se le atribuyen, algunos describen los rasgos de la personalidad de quien gobernó Chile con mano dura durante 17 años. Por ejemplo, buscando justificar su autoritarismo –algo similar han hecho otros gobernantes despóticos–, expresó: “Esta nunca ha sido dictadura, señores; esta es dictablanda. Pero si es necesario, vamos a tener que apretar la mano, porque tenemos que salvar primero el país y después miraremos hacia atrás (…), cuando los chilenos vean lo que es el comunismo, cuando los chilenos entiendan los engaños, ¡la falacia!, ¡cómo los están engañando!, van a darse cuenta de que este gobierno tiene razón”.
Pinochet había evidenciado su temperamento mientras estuvo en Ecuador (1965), cuando en un foro militar habría recomendado: “Ya no hay que pensar en la defensa, huevones, sino en atacar”.