viernes, 10 de mayo de 2019

Adiós, Jaime; bienvenida, Cynthia

Jorge G. Alvear Macías

La figura de Jaime Nebot –de un alcalde transformador y administrativamente eficiente– será recordada durante mucho tiempo por los ecuatorianos, especialmente los guayaquileños. Sus logros para mejorar Guayaquil y el impulso dinámico hacia su desarrollo y la modernidad constituyen algunas de las válidas razones de gratitud ciudadana, que entiendo se manifestó multitudinariamente ayer en la caravana de su despedida.
Es indudable que Guayaquil fue transformada en los últimos 25 años. Ahora está dotada de importantes infraestructuras de las que carecía en el año 2000 cuando Jaime Nebot asumió la Alcaldía con el apoyo del Partido Social Cristiano y de una comunidad que temía retornar al marasmo y al caos dejados por administraciones de triste y vergonzante recordación. Los guayaquileños percibieron en Nebot la posibilidad de enrumbar la vida de la ciudad por el sendero del orden y el progreso; entonces confiaron en el espíritu optimista insuflado por el alcalde predecesor, Ing. León Febres-Cordero, polémico pero a la vez hombre de ejecutorias que afianzó la fe ciudadana en una nueva forma de conducir los destinos de la ciudad. 
La vitalidad de Nebot y su visión en el momento en que tomó el timón de la Alcaldía y luego su dedicado y ordenado trabajo de dirección del fecundo equipo de experimentados colaboradores explican sus tres reelecciones (2004, 2009 y 2014) con mayoría absoluta. Resultó ser un burgomaestre persuadido por la búsqueda del bienestar citadino, con referentes en ciudades administradas exitosamente y que tienen mucho para mostrar al mundo; ello animó la creencia extendida de que Guayaquil también tiene sus encantos que compartir con los visitantes internacionales, no solamente con el turismo de nacionales.
Además de la regeneración urbana, la tarea de atender las necesidades de los barrios más pobres no ha sido poca cosa. El cambio para mejor es una realidad en muchos sectores suburbanos que por mucho tiempo fueron sitios de miseria, sin agua, sin alcantarillado y sin luz. Es cierto que la tarea no está concluida y debe continuársela con renovados bríos en nuevos asentamientos poblacionales, que lamentablemente han proliferado, alentados por la política perversa en medio de la informalidad y sin la debida planificación, lo cual según los urbanistas, demanda soluciones con un costo muy superior del que tienen las infraestructuras planificadas y ejecutadas en localidades inhabitadas. 
La nueva alcaldesa Cynthia Viteri –a quien damos la bienvenida en esta columna–, que llega a administrar nuestra querida ciudad acompañada de un importante número de concejales de la alianza PSC-MG (12 de 15), tendrá suficientes elementos de apoyo de gobernabilidad para continuar la prolífica y no agotada labor de su predecesor; y, es de esperar que recibirá de este el valioso aporte de su experiencia y consejos. La ciudad requiere continuidad en el plan de la expansión de los servicios básicos, del turismo, mejorar la seguridad ciudadana, fomentar el empleo y el emprendimiento, así como acometer la dura misión de frenar el consumo de drogas en adolescentes, entre otros ofrecimientos de campaña de la abogada Viteri. (O)


*Previamente publicado en el Diario El Universo, el día viernes 10 de mayo de 2019.

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