Jorge G. Alvear Macías
Fue el 29 de octubre, dedicado a quienes padecen psoriasis y artritis psoriásica. Establecido en el 2004 para crear conciencia internacional sobre la existencia de personas afectadas que buscan la atención y consideración que se merecen. Es iniciativa del consorcio mundial de asociaciones de enfermos de psoriasis, que aspiran elevar el perfil de esas enfermedades para que sean tomadas más en serio por las autoridades de salud nacionales e internacionales, a fin de que los pacientes tengan acceso a una óptima terapia.
Es el clamor ante el largo tiempo en que no se ha dado prioridad a dichas enfermedades que, aunque no contagiosas, son debilitantes y podrían conducir o predisponer a enfermedades realmente graves.
En Guayaquil, un grupo de especialistas preocupados en suministrar respuestas y atención a los pacientes, desde hace 5 años desarrollan en el Hospital Luis Vernaza –administrado por la Junta de Beneficencia– conversatorios anuales bien estructurados para informar sobre el diagnóstico y tratamientos de la psoriasis en la piel y la artritis psoriásica. Hoy precisamente, los galenos atenderán preguntas de pacientes o sus familiares, en la explanada del MAAC en el Malecón, de 09:00 a 13:00.
La psoriasis es un padecimiento inflamatorio crónico manifestado con el enrojecimiento, formación de escamas, dolor, hinchazón y calentamiento de la piel, en cantidades mínimas o cubriendo toda la superficie del cuerpo. En el conversatorio se explicó que la artritis psoriásica puede aparecer en personas que ya tienen psoriasis de piel. Ambas afectan del 1 al 3% de la población mundial (125 millones de personas).
El National Institutes of Health de Estados Unidos, explica: “Regularmente las células de la piel crecen desde las capas más profundas y suben lentamente a la superficie, reemplazando constantemente a las células muertas de la superficie. Este proceso se llama renovación celular, y tarda aproximadamente un mes. Con la psoriasis, la renovación celular ocurre en solo unos pocos días, lo que provoca que las células nuevas suban demasiado rápido y se acumulen en la superficie”.
El diagnóstico pudiera resultar difícil, pues los síntomas se parecen a los de otras enfermedades cutáneas. Cuando se presenta en las uñas puede confundirse con hongos. Así, requeriría examen en microscopio. Sus causas varían desde el origen genético hasta la incidencia de otros factores (infecciones, exposición excesiva al sol, sedentarismo, clima, estrés, alcohol, tabaquismo, alergia a medicamentos, etcétera).
La dermatóloga Alexandra Reyes de Chávez, expresó que la psoriasis es una enfermedad que no compromete la vida. Salvo en ciertos casos, que obligan a la internación del paciente; sin embargo, afecta la calidad de vida, especialmente cuando las lesiones están más visibles (codos, manos, brazos, piernas) y/o son más extensas, pudiendo ocasionar un impacto psicológico importante.
Los especialistas recomiendan tratamientos personalizados que desaparecen las placas de psoriasis y advierten que no la curan definitivamente. Al abandonarse el tratamiento la enfermedad probablemente volverá a manifestarse. Es contraproducente la automedicación.
El mexicano Dr. Rodrigo Madrigal, advierte: “Es importante detectar esta enfermedad, porque se trata de un padecimiento crónico-progresivo. Si no se realiza un tratamiento, puede generar problemas en articulaciones, cardiovasculares y de depresión”.
¿El Ministerio de Salud tendrá estadísticas sobre la psoriasis?¿Será verdad que el IESS no tiene suficientes medicamentos para su tratamiento?
*Publicado originalmente en el Diario El Universo el día viernes 31 de octubre del 2014.
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