Jorge G. Alvear Macías
El cruel asesinato del estadounidense James Foley, que mantiene absorta a la comunidad mundial, confirma lo peligroso del ejercicio del periodismo. Un miembro de la organización Militantes del Estado Islámico lo decapitó y difundió en internet el video del depravado acto. La organización conocida como ISIS, por sus siglas en inglés, alegó que actuó en venganza por los ataques aéreos de Estados Unidos en Irak.
Para el presidente Obama la vida de quien fue Jim Foley contrasta con sus asesinos. Indicó que ellos han arrasado ciudades y pueblos matando ciudadanos desarmados. “Gente como esta, en última instancia fracasan. Fallan porque el futuro es de aquellos que construyen y no de los que destruyen”.
La violencia en Irak también ha llevado al papa Francisco a comentar sobre la necesidad de “parar al agresor injusto”. Él está bien enterado de los horrores cometidos por el ISIS.
Foley fue secuestrado en Siria (2012) donde cubría el levantamiento contra el gobierno de Bashar al Asad, como reportero de medios extranjeros.
Ahí, entre fotografías exhibidas con un sistema automático que las cambia en secuencia, y un pequeño mapa del último lugar en donde fue visto, se explica que el periodista era el mayor de cinco hermanos. Que realizó su trabajo de forma independiente y objetiva en el Medio Oriente durante los últimos años. Antes de ser periodista capacitó a personas en desventaja, como maestro y mentor, ayudándoles a mejorar sus vidas.
En el último mensaje que incluyó su madre, Diane Foley, expresa que su hijo dio la vida tratando de exponer al mundo el sufrimiento del pueblo sirio. Diane también implora a los secuestradores que perdonen la vida a los demás secuestrados. “Al igual que Jim, son inocentes. Ellos no tienen control sobre la política del gobierno de Estados Unidos en Irak, Siria o en cualquier lugar del mundo”.
Diane y Jim |
El ISIS tiene una interpretación fundamentalista del islam y todo aquel que no acepta sus principios extremos es considerado un takfir (infiel), al que se debe combatir.
Estimo que la definición de Abrahms también calza a las prácticas de un Estado que utiliza los medios de comunicación públicos y privados para “decapitar” mediáticamente a quienes tienen voces disidentes, al periodismo serio e independiente… para congelar al periodismo de investigación.
Publicado originalmente en el diario El Universo el día viernes 22 de agosto del 2014
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