El Ministerio de Salud utiliza el producto Bactivec para combatir el dengue. Un “biolarvicida” fabricado por Labiofan de Cuba. Se intenta eliminar las larvas del Aedes aegypti, en siete ciudades. Ha sido publicitado como producto ecológico, que elimina las larvas en 24 horas y habría sido utilizado en Taiwán y Brasil.
Según el fabricante, el biolarvicida se dispersa fácilmente en el agua de los criaderos de mosquitos y no es inflamable ni corrosivo. Explica también que los componentes del Bactivec son bacterias que actúan sobre las larvas de los mosquitos (o moscas), cuando las ingieren, entonces se produce paralización de la pared intestinal y las mata entre 24 y 48 horas.
El Bactivec adquirido a Cuba es por 65 millones de dólares (otras noticias dicen que son 75 millones de dólares). El convenio prevé asistencia de 80 técnicos cubanos.
El caso es que hay dudas sobre la efectividad del Bactivec (y costo-beneficio), dentro y fuera del país. Se lo cuestiona porque no hay publicaciones científicas sobre el mismo; y, ha sido poco utilizado en América. La referencia de su uso es África. Es más, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya se pronunció sobre la utilización de larvicidas en ese continente para el control de la malaria. Su informe recomienda por ejemplo, que los larvicidas se usen solo en áreas donde hay pocos lugares de reproducción del mosquito, donde están fijos y fáciles de encontrar. Además, para que los larvicidas sean eficaces, deben estar adaptados a cada localidad y usarse de forma selectiva.
Conviene señalar que durante 26 años se ha utilizado en Ecuador el abate (un insecticida químico). Sin embargo, el Director del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (Snem), afirma que entre el Abate y el Bactivec no hay mucha diferencia. Lo curioso es que seis técnicos que formaban parte de ese organismo, en agosto de 2012 emitieron un informe respecto a la poca eficacia del Bactivec para combatir el Aedes aegypti. En sus conclusiones recomendaron no adquirir el producto.
La ministra de Salud, ha calificado de tremenda irresponsabilidad y manipulación, a las conclusiones de los indicados técnicos. Sostiene que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) apoya la estrategia ecuatoriana de usar el Bactivec y que el larvicida redujo el índice vectorial (casas con larvas).
Eso sí, llama la atención su menosprecio a la opinión de los exfuncionarios pues ellos tienen “veinte o treinta años de experiencia que han hecho muchos trabajos técnicos, muchos de ellos han sido consultores de la Organización Panamericana de la Salud”, según información del exministro de Salud, Dr. Luis Sarrazín. En opinión del galeno, la OPS “de ninguna manera aprueba el Bactivec, jamás. Por eso, emplazo al que dice lo contrario, que traiga un certificado de Ginebra”.
Hay algo que no calza, pues la OMS recomienda que los larvicidas sean utilizados como complemento al uso de mosquiteros tratados con insecticidas, entre otras tareas de contexto complejo.
Indudablemente hay preguntas por responder:
¿El Bactivec cumple las especificaciones de la OMS para plaguicidas de uso en Salud Pública?
¿Se consultó sobre el producto a la División de Control de Enfermedades Tropicales (CTD) de la OMS?
Según el fabricante, el biolarvicida se dispersa fácilmente en el agua de los criaderos de mosquitos y no es inflamable ni corrosivo. Explica también que los componentes del Bactivec son bacterias que actúan sobre las larvas de los mosquitos (o moscas), cuando las ingieren, entonces se produce paralización de la pared intestinal y las mata entre 24 y 48 horas.
El Bactivec adquirido a Cuba es por 65 millones de dólares (otras noticias dicen que son 75 millones de dólares). El convenio prevé asistencia de 80 técnicos cubanos.
El caso es que hay dudas sobre la efectividad del Bactivec (y costo-beneficio), dentro y fuera del país. Se lo cuestiona porque no hay publicaciones científicas sobre el mismo; y, ha sido poco utilizado en América. La referencia de su uso es África. Es más, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya se pronunció sobre la utilización de larvicidas en ese continente para el control de la malaria. Su informe recomienda por ejemplo, que los larvicidas se usen solo en áreas donde hay pocos lugares de reproducción del mosquito, donde están fijos y fáciles de encontrar. Además, para que los larvicidas sean eficaces, deben estar adaptados a cada localidad y usarse de forma selectiva.
Conviene señalar que durante 26 años se ha utilizado en Ecuador el abate (un insecticida químico). Sin embargo, el Director del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (Snem), afirma que entre el Abate y el Bactivec no hay mucha diferencia. Lo curioso es que seis técnicos que formaban parte de ese organismo, en agosto de 2012 emitieron un informe respecto a la poca eficacia del Bactivec para combatir el Aedes aegypti. En sus conclusiones recomendaron no adquirir el producto.
La ministra de Salud, ha calificado de tremenda irresponsabilidad y manipulación, a las conclusiones de los indicados técnicos. Sostiene que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) apoya la estrategia ecuatoriana de usar el Bactivec y que el larvicida redujo el índice vectorial (casas con larvas).
Eso sí, llama la atención su menosprecio a la opinión de los exfuncionarios pues ellos tienen “veinte o treinta años de experiencia que han hecho muchos trabajos técnicos, muchos de ellos han sido consultores de la Organización Panamericana de la Salud”, según información del exministro de Salud, Dr. Luis Sarrazín. En opinión del galeno, la OPS “de ninguna manera aprueba el Bactivec, jamás. Por eso, emplazo al que dice lo contrario, que traiga un certificado de Ginebra”.
Hay algo que no calza, pues la OMS recomienda que los larvicidas sean utilizados como complemento al uso de mosquiteros tratados con insecticidas, entre otras tareas de contexto complejo.
Indudablemente hay preguntas por responder:
¿El Bactivec cumple las especificaciones de la OMS para plaguicidas de uso en Salud Pública?
¿Se consultó sobre el producto a la División de Control de Enfermedades Tropicales (CTD) de la OMS?
*Publicado en el diario El Universo, el viernes 8 de enero del 2013.
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