Al momento que escribo esta columna no ha variado la situación del presidente Chávez. Está luchando contra un cáncer en etapa terminal, según noticias no oficiales.
Las organizaciones políticas de oposición han exigido al gobierno de Venezuela un pronunciamiento con la verdad sobre la condición de Hugo Chávez.
El vicepresidente Maduro, luego de esperar unos días para que se le permita visitar al presidente Chávez, habría comentado que lo vio “con la fuerza de siempre” y “consciente absolutamente de lo complejo del estado postoperatorio” por el que está pasando, pero sin explicar su real estado de salud.
Tal comentario se contradice con el diario español ABC. Este informó que el mandatario entró en los últimos días en un coma inducido, con signos vitales muy debilitados y mantenidos gracias a la asistencia artificial. Es más, se habría programado una próxima desconexión de esa asistencia que extiende la vida del presidente venezolano. La desconexión, con resultado previsible de fallecimiento, podría producirse en cualquier momento.
A la vista de lo comentado, de la expectativa del pueblo venezolano y del mundo, me sigue dando vueltas en la cabeza, si acaso el presidente Chávez no fue debidamente informado del avance de su enfermedad y lo que debía esperar. Pues la reelección que buscó y logró, no tendría sentido si fue advertido de lo que le ocurriría. Al extremo de que probablemente no podría tomar posesión del cargo.
Las organizaciones políticas de oposición han exigido al gobierno de Venezuela un pronunciamiento con la verdad sobre la condición de Hugo Chávez.
El vicepresidente Maduro, luego de esperar unos días para que se le permita visitar al presidente Chávez, habría comentado que lo vio “con la fuerza de siempre” y “consciente absolutamente de lo complejo del estado postoperatorio” por el que está pasando, pero sin explicar su real estado de salud.
Tal comentario se contradice con el diario español ABC. Este informó que el mandatario entró en los últimos días en un coma inducido, con signos vitales muy debilitados y mantenidos gracias a la asistencia artificial. Es más, se habría programado una próxima desconexión de esa asistencia que extiende la vida del presidente venezolano. La desconexión, con resultado previsible de fallecimiento, podría producirse en cualquier momento.
A la vista de lo comentado, de la expectativa del pueblo venezolano y del mundo, me sigue dando vueltas en la cabeza, si acaso el presidente Chávez no fue debidamente informado del avance de su enfermedad y lo que debía esperar. Pues la reelección que buscó y logró, no tendría sentido si fue advertido de lo que le ocurriría. Al extremo de que probablemente no podría tomar posesión del cargo.
También he considerado que en la decisión del presidente, aún consciente de su estado, pudo haber sido influenciado con la idea de la necesidad de protegerse y proteger a sus parientes y amigos cercanos colaboradores de su gobierno, algunos de los cuales –si la oposición accede al gobierno– estarían expuestos a investigaciones por actos de corrupción. El propio Henrique Capriles denunció una supuesta donación de 100 millones de dólares al expresidente de Honduras, Manuel Zelaya, “que nunca habrían ingresado al Banco Central de ese país y del que dicen desconocer los presidentes que le sucedieron en el poder en Honduras, Micheleti y Lobo”.
Hay que recordar también la acusación del uso doloso de la valija diplomática venezolana, en la que se habrían enviado millonarias donaciones no solo para la campaña electoral argentina –que se denunció e investiga–, sino también para Nicaragua, Honduras y Ecuador, según lo publicó el diario El Heraldo de Honduras, bajo el título: ‘¿Llegaron valijas llenas de dólares a Honduras?’.
Hay otra posibilidad en el mundo de las posibilidades: el presidente Chávez sí quiso morir en el cargo para el que fue reelegido, porque así es como entiende la gloria.
Sin embargo, todas esa posibilidades implican razonamientos que confrontan con estudios de expertos, en donde se sostiene que una persona con cáncer terminal queda afectada seriamente en su equilibrio físico y psicológico. Esto, además del temor a la muerte, lo cual hace suponer que los demás intereses se desvanecen frente al deseo de vivir.
En todo caso, la reelección de Chávez resulta una irresponsabilidad dada su grave enfermedad. En su decisión, no consideró las consecuencias para el pueblo venezolano y la burla que representa su reelección. ¿Será que lo engañaron?
*Publicado en el diario El Universo, el viernes 4 de enero de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario