Jorge G. Alvear Macías
Sí, los signos de un gobierno, ubicados en el libro de Emilio Palacio, que recomiendo leer: La masacre exquisita de Rafael Correa.
El terrorismo de Estado conlleva variadas prácticas ilegítimas e ilegales, violatorias de derechos civiles y humanos, para generar terror, miedo y busca someter a la población civil. En la instrumentación, las autoridades invocan razones de seguridad del Estado y mantenimiento de la paz y seguridad ciudadana, empleando recursos estatales (económicos, sociales, policiales, militares) para espiar y acumular información personal del ámbito privado y ejercer violencia sobre su población.
Para Julia Máxima Uriarte , las acciones incluyen amenazas, represalias, hostigamiento con fuerzas de orden público, pero también el encarcelamiento, la desaparición forzosa o la tortura. “…El objetivo es imponer un orden o una ideología específica en la población, obligándola a la obediencia absoluta”. También pueden intervenir grupos extraoficiales del partido de gobierno o una facción del mismo. Ocurre además cuando las fuerzas de seguridad del Estado y el sistema judicial se utilizan inobservando el ordenamiento legal en la persecución.
La autora recuerda que el terrorismo de Estado nació como idea política, durante el período de inestabilidad posterior a la Revolución francesa. Entonces el Gobierno, con ayuda de los revolucionarios más sangrientos y con recursos del Estado francés, impusieron el orden mediante la fuerza, persecución, asesinatos selectivos y el miedo.
La humanidad lo ha visto replicado hasta nuestros días en muchos países, incluido Ecuador.
En el libro de Palacio se resumen los esfuerzos visibles del Gobierno para perseguir a Galo Lara, un exasambleísta opositor. Desde involucrarlo en un crimen, hasta apresarlo fuera del país donde ya contaba con asilo territorial (previamente lograron revocarlo), utilizando el aparato estatal y más de 7 millones de dólares en operaciones secretas de seguimientos y posibles sobornos. Reproduzco unos pasajes del libro para ilustrar lo indicado:
“Apenas Correa se enteró de que Lara había escapado, le ordenó a su canciller ‘Tachuela’ Patiño que lo regrese de inmediato, como sea. En menos de 24 horas el canciller armó una comisión de catorce funcionarios, encabezada por el fiscal Galo Chiriboga y a la que se sumó el ministro del Interior José Serrano, la ministra de Justicia Lady Zúñiga, el vicecanciller Marcos Albuja y otros funcionarios de la Cancillería y el Ministerio del Interior, además de oficiales del ejército y la policía, periodistas (todos de medios estatales…) …que volaron en los dos aviones presidenciales que compró Correa durante su mandato... Más tarde el jefe de la oficina de migraciones de la Cancillería de Panamá le preguntó a Lara: ‘¿Qué le hizo usted a Correa? Porque nunca habíamos visto tantos funcionarios estatales que llegan, sin avisar, para capturar a un supuesto delincuente’”.
Luego de que el gobierno de Martinelli revocó el asilo de Lara, “…El excanciller panameño Fernando Núñez… cree que hubo además dinero de por medio. Según sus cuentas, Ecuador habría gastado más de dos millones de dólares para conseguir la repatriación de Lara en hospedaje, alimentación, avisos pagados en la prensa panameña… a lo que se agregaron cinco millones de dólares para Martinelli y un millón para Álvarez de Soto (canciller de la época)…”.
¿Fue o no terrorismo de Estado? (O)
*Publicado previamente en el Diario El Universo el día viernes 27 de septiembre del 2019.
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