Jorge G. Alvear Macías
En una entrevista en Ecuavisa, de esta semana, se le preguntó al señor fiscal del Estado si debiera iniciar investigaciones sobre un posible espionaje (político) ejecutado desde la Senain, dada la aparición de gran cantidad de documentos hackeados a la empresa Hacking Team (muchos suponen ilegal interceptación de correos electrónicos de personajes políticos y personas identificadas como opositoras al Gobierno), a lo que don Galo Chiriboga manifestó: “No hay mejor garantía que el funcionamiento del Estado y de los organismos del Estado sujetos a la Constitución, a la ley y al control judicial… en Colombia ha pasado eso (espionaje ilegal a la oposición), en Ecuador no ha pasado y mientras nosotros estemos no pasará”. Esta categórica afirmación debió ser acompañada del ofrecimiento de una investigación, para tranquilizar en algo el raro clima que vive la sociedad ecuatoriana con los actuales y múltiples problemas socioeconómicos y políticos. Es que no es suficiente para descartarla, la inexistencia de un contrato entre la Senain y Hacker Team, pues esta en otros países habría operado con asociadas. En Colombia con la Nice Systems (israelí) y Robotec (colombiana). Además están disponibles gastos reservados para actividades de inteligencia y contrainteligencia, no sujetos a la ley del sistema nacional de contratación pública.
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Obviamente, no se puede esperar que un funcionario a cargo de inteligencia acepte voluntariamente su responsabilidad en situaciones de incumplimiento al debido proceso, por ello la necesidad de una investigación seria, técnica, independiente y estricta.
La auditoría solicitada por el señor fiscal general a la Agencia de Control y Regulación de las Telecomunicaciones (Arcotel) sobre las escuchas realizadas desde 2013 hasta hoy ignora el clamor ciudadano y de los supuestos afectados no involucrados en delitos, que quieren establecer si existió o no interceptación de correos electrónicos por parte de la Senain sin el debido sustento legal. Esto se desprende de la información internacionalmente difundida, incluso a través de WikiLeaks (Julian Assange). Además, Hacking Team no ha negado la veracidad de la información que le fue sustraída. En Italia, la Fiscalía de Milán abrió –como corresponde– investigaciones alrededor de dicha empresa, conocida por vender programas para “tareas de vigilancia, espionaje y control de objetivos” a gobiernos, entre ellos, regímenes que irrespetan derechos humanos.
Se conoce también que su “producto estrella” es el programa Da Vinci. Este permite espiar el contenido de una computadora, tablet o teléfono móvil y capturar e-mails, chats de Skype o mensajería instantánea (incluida WhatsApp), fotografiar al “objetivo”, grabar pulsaciones del teclado, acceso al disco duro y a claves de seguridad cifradas.
¿Quién podrá defendernos?
*Publicado originalmente en el diario El Universo el día viernes 24 de julio del 2015.
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