Jorge G. Alvear Macías
En el reciente logro del papa Francisco que significó juntar en el Vaticano a Shimon Peres y a Mahmud Abbas, líderes de los pueblos judíos y palestinos, debieron coincidir otros esfuerzos silenciosos. Sin duda hay más detrás de la siembra de un árbol de olivo como gesto de paz. Con el pasar del tiempo tendremos más detalles. Ahora se conoce que intervinieron varios diplomáticos en la tarea. La agencia ARG Noticias también incluye al periodista portugués Henrique Cymerman, residente en Israel.
Cymerman habría conocido al sumo pontífice con la ayuda del rabino argentino Abraham Skorka. Al religioso le resultó interesante el profundo conocimiento del periodista sobre el conflicto del Medio Oriente y por ello propició que Francisco también lo escuchara.
Al periodista –que se reconoce “judío de toda la vida”– le sorprendió el interés de Francisco en intervenir como mediador del conflicto entre judíos y palestinos. Le resultaba insólito que “…la Iglesia católica, que muchos años persiguió a su pueblo, quisiera meterse en el tema…”. El papa le habría explicado que “adentro de cada cristiano hay un judío”. Sin embargo, la iniciativa de Francisco no es la única. En el año 2000 Juan Pablo II promovió el diálogo cuando visitó Jordania, Israel y los territorios de la Autoridad Palestina.
En opinión de Cymerman, el encuentro entre Shimon Peres y Mahmud Abbas “fue mucho más que una oración. Francisco lo llamó oración pero él sabe que la oración tiene política y la política tiene oración”. La reflexión del periodista me presentó una razón más para que el colegio cardenalicio haya escogido a Mario Bergoglio como autoridad máxima de los católicos. El “papa del pueblo”, mencionado así por la revista Time, cumple su tarea pastoral con practicidad. Tal vez se deba a su convicción sobre la existencia de la relación entre fe, razón y bien común; sus conocimientos sobre literatura y psicología, además de los propios de la formación religiosa.
No es fácil la tarea en la búsqueda de la paz. Se precisan más voluntades. La convocatoria del papa Francisco también involucra indirectamente a más líderes del mundo. Todos estamos implícitamente llamados a trabajar por la justicia y la necesidad de mejorar las condiciones de la convivencia palestino-judío. Entenderlo como emplazamiento a permitir mejores días para los palestinos en materia de oportunidades de trabajo, salud y educación.
Luis E. Bosemberg, historiador y magíster en Historia Moderna (Universidad de Heidelberg, Alemania y profesor Asociado de la Universidad de los Andes en Colombia), sostuvo en 1997 que la verdadera paz se logrará en el marco de lo pactado en la Declaración de Principios de Oslo: una verdadera autodeterminación Palestina y el derecho de Israel a vivir en paz y en fronteras reconocidas.
Para Bosemberg el terrorismo no es la única causa que ha entorpecido las negociaciones de paz. Coincido con ello, hay enemigos ocultos. ¿Intereses económicos? Supongo que demorar los procesos pacifistas conlleva aceptar el deseo de los violentos, situados también fuera de Palestina e Israel. Pero tampoco hay que desconfiar del nuevo gobierno de unidad palestino, atribuyéndole intenciones adversas a la paz.
Intuyo que el papa Francisco debió valorar lo anterior para estimular el gesto de paz de Peres y Abbas.
*Publicado originalmente en el Diario El Universo, el día viernes 13 de junio del 2014.
*Publicado originalmente en el Diario El Universo, el día viernes 13 de junio del 2014.
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