viernes, 10 de julio de 2015

Consonancia o coincidencia

Jorge G. Alvear Macías


Escuché ayer jueves a Mario Ruiz Navas, prelado de la Iglesia ecuatoriana, decir que los presidentes están ‘partidizando’ la visita del papa, viéndola con óptica parcial de partido, “llevando el agua a su molino”. Lo anterior en el contexto del viaje del papa a Ecuador y Bolivia y ante la pregunta formulada, si acaso el papa había dado un espaldarazo a la gestión del presidente Correa.
Anteriormente, antes del arribo del obispo de Roma –como le gusta identificarse al papa Francisco–, se recordó por parte de las autoridades religiosas católicas que la visita tenía finalidades netamente pastorales y que el papa no venía a consagrar ninguna ideología política y menos a darnos una receta económica. Ya en territorio ecuatoriano, en su primera alocución algo de ello se evidenció.
He revisado el video en el que su santidad, recién llegado, leyó su discurso en el aeropuerto Mariscal Sucre. Antes de iniciar la lectura dijo: “Le agradezco, señor presidente, sus palabras. Le agradezco... su consonancia con mi pensamiento… me ha citado demasiado. Gracias. A las que correspondo con mis mejores deseos para el ejercicio de su misión, que pueda lograr lo que quiere para el bien de su pueblo”.
Sin duda, no fueron expresiones improvisadas. El papa se habrá tomado, como corresponde, el tiempo para escoger los vocablos. Pudo decir que agradecía la ‘coincidencia’ del presidente con su pensamiento. En ese caso, sí habría habido un pleno respaldo a la acción del régimen, ya que el Diccionario de la Real Academia define así el vocablo ‘coincidencia’:

“Dicho de una cosa: convenir con otra, ser conforme con ella”.
Pero el papa prefirió agradecer la ‘consonancia’, y el lector puede confirmar que no es lo mismo si revisa de nuevo el diccionario, en el que se nos explica que ‘consonancia’ (en su primera acepción) es la “identidad de sonido en la terminación de dos palabras desde la vocal que lleva el acento”.
¿Una diferencia muy sutil? Podría ser, pero el papa añadió: “Usted me ha citado demasiado”. Recordemos que ‘demasiado’ es sinónimo de ‘excesivamente’.
El papa vino con su libreto base. Este gira alrededor de la paz, la familia, la unidad, por ende, el diálogo sin exclusiones, la justicia, la invitación a proteger “lo pequeño y lo sencillo”, a cuidar a los niños y los ancianos que son la memoria del pueblo, a cuidar el país. Estos son valores que se han trastocado en más de una ocasión. La paz ha estado en permanente riesgo en los últimos ocho años y precisamente los mensajes con desarmonía se han generado desde el poder. La familia ha sido atropellada en su derecho a educar y transmitir los valores a la niñez; la justicia no ha sido administrada en todos los casos con independencia; los adultos mayores han sido discriminados y no se han respetado sus derechos a un trabajo estable en las instituciones del Estado y a una jubilación sin incertidumbre.
Tal vez eso explica que el papa escogiese el término consonancia, como queriendo decir los sonidos se parecen, pero los contenidos son distintos.
Supongo que en lo que conoce sobre la gestión de gobierno, no existe coincidencia con su pensamiento. 
*Publicado originalmente en el diario El Universo el día viernes 10 de julio del 2015.




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