viernes, 3 de octubre de 2014

Reelección impúdica

Jorge G. Alvear Macías

Es desalentador observar que mientras en países como Colombia transitan a eliminar la reelección del presidente de la República, acá en Ecuador caminamos en contravía. Detrás de esto, un claro propósito coyuntural del oficialismo determinado a mantener el disfrute de las delicias del poder.
Curiosamente, en Colombia, la iniciativa de no reelección partió de un mandatario en funciones, pero en Ecuador la reelección indefinida la impulsa el actual presidente. Ambos mandatarios dicen estar respaldados por ideologías de izquierda, y pretenden con reformas constitucionales, cerrar el paso a aspiraciones de la derecha.
En Colombia, el ofrecimiento en campaña del presidente Santos, de eliminar la reelección presidencial parece que fue condición impuesta por el partido de izquierda Polo Democrático Alternativo. Una de las figuras más representativas y respetadas de esa organización, es Carlos Gaviria Díaz, excandidato presidencial y expresidente de la Corte Constitucional colombiana. Un referente prestigioso de la política, del ámbito jurídico y de la academia.

El caso es que Gaviria está entre los asesores más confiables de este Gobierno, considerando que preside la Comisión de juristas, para la auditoría de los Tratados Internacionales de Inversiones que ha celebrado Ecuador; y traigo además la mención de su nombre, porque recientemente lo escuché en una entrevista de la emisora RCN. Ahí comentó la actual intención de reformar la Constitución colombiana para eliminar la reelección presidencial. Por ello, estimo que su claro pensamiento puede beneficiar el vigente debate abierto alrededor de la reelección indefinida del presidente Correa, “para enfrentar a la restauración conservadora”. Y sería bueno que el oficialismo consulte a Gaviria Díaz.
En la entrevista el doctor Gaviria aclaró ser contrario a la reelección de un presidente y recordó que: “(...) la mayoría que disponía el presidente Uribe en el congreso, ante su insistencia de reelegirse, se lo permitió...”. Algo que lo resumió como “un Uribismo impúdico” y que yo interpreto como una reelección impúdica.
Coincido con Gaviria, es muy difícil saber cuál es el periodo más adecuado para que un presidente realice todas las obras que prometió en campaña y por ello se lo podría alargar. Pero sin reelección inmediata, pues esta propicia que el presidente se ponga en campaña a partir de la mitad de su periodo. Dijo que esto debe ser estudiado y debatido pero en tiempo frío y con cabeza fría “(…) y no para resolverle un problema de reelección a un presidente (…)”, lo cual es definitivamente coyuntural.
En el debate nacional, hay que atender opiniones sensatas como la del indicado jurista colombiano, quien sostiene que “(…) las personas no deben aferrarse tanto al poder y darle a otras personas la posibilidades que asuman los mismos cargos, no eternizarse en el poder, porque parece que el poder va creando una afición, que más que afición es una adicción”.
Entre sus reflexiones incluyó que el desempeño independiente y libre de corrupción de las Cortes puede menoscabarse a causa de la perpetuación de un mismo presidente en el poder, pues conduce al “manoseo” de los mecanismos de sustitución de los magistrados. Con ello, en Colombia –y acá–, se ha producido una reviviscencia perversa y es que se toma en cuenta la filiación política para las nominaciones de jueces.
*Publicado originalmente en el diario El Universo, el día viernes 3 de octubre del 2014.


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