viernes, 23 de septiembre de 2011

‘Ley Antimonopolio’

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com 


Muy interesante resultó la conferencia ‘Ley de Competencias: Lo que su empresa necesita conocer’, en la que intervino el experto colombiano Mauricio Velandia, evento auspiciado por la Cámara de Comercio de Guayaquil. Es de esperar que otros eventos similares se repitan, el afiliado lo agradecerá, como interpreto que lo hizo en esta ocasión.

Los asistentes recibimos información muy valiosa y oportuna, que al mismo tiempo –en lo particular– me generó preocupación por las advertencias y recomendaciones del claro expositor, acerca de lo que debe ser una ley que regule el “poder del mercado” y lo que puede resultar de un ordenamiento legal que invita a ser distorsionado por el ente regulador.

En palabras coloquiales, el conferencista nos hizo saber que toda ley, destinada a regular la competencia de las empresas, se justifica, en tanto en cuanto, concilie dos derechos: la libertad del inversionista para ingresar a un mercado y permanecer en él; y, la libertad del consumidor para escoger el mejor producto al mejor precio entre múltiples opciones. Pero su espíritu debe ser expresado en la norma legal con un tenor claro, sin espacios a ambigüedades pues propician discrecionalidades; y estas, el abuso.

Anotó también que no es conveniente copiar leyes que rigen en otros países, pues la realidad de Ecuador es distinta y su imposición puede traer más daño que bien.

Al referirse al Proyecto de Ley Orgánica de Regulación y Control del Poder del Mercado –“Ley Antimonopolio”–, (cuyo informe favorable fue aprobado en su segundo debate, por la Comisión Nº 3 de la Asamblea Nacional, para ser discutido en el Pleno) señaló que es un modelo muy agresivo, que utilizará –si entrare a regir–, mecanismos coercitivos para acceder a las computadoras de las empresas, información que podría utilizarse con fines distintos y desconocidos. A ello se suma el exagerado tecnicismo utilizado en la redacción del texto legal, lo cual obligará al empresario a prepararse en el conocimiento de la teoría de las responsabilidades.

Otra recomendación que se hizo y que opino, debería trasladarse a la legislatura, es que la ley no debería ser a futuro un impedimento para el crecimiento de las empresas ecuatorianas, mientras la extranjeras siguen creciendo. Que la ley solo debería tener los mínimos controles que tienen las leyes extranjeras.

Al final soltó, lo que yo considero la advertencia más grave: la bondad de la ley dependerá de la persona al mando del órgano regulador. Esta persona debe ser independiente y con amplio conocimiento jurídico. La experiencia en otros países informa que son cargos muy delicados y requieren de personas probadas en lo ético, para resistir las grandes posibilidades de corrupción.

En el proyecto de ley, según Velandia, se ha previsto un excesivo número de infracciones que generan sanciones económicas, lo cual podría llevar un direccionamiento de finalidad recaudatoria de ingresos para el Estado. Es excesivo, pues el promedio de infracciones que contemplan la mayoría de leyes similares en otros países, no pasa de 4 y en el proyecto de marras se introducen 20. Entre los asistentes alguien acotó que también habría la intención de “generar puestos de trabajo” para controlar los establecimientos. ¿Cuál será la intención?



*Publicado en el Diario El Universo, el día viernes 23 de septiembre de 2011.

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