viernes, 19 de agosto de 2016

Filantropía guayaquileña

John Paulson
 Jorge G. Alvear Macías






La filantropía es una práctica muy extendida en Estados Unidos, allá son usuales las manifestaciones de generosidad y apoyo a obras sociales, artes, universidades y centros de investigación para cura de enfermedades catastróficas. En Ecuador, en Guayaquil, también fue una práctica común en materia de ayuda social y educación. José Antonio Gómez Iturralde refiere, en Memorias porteñas, el que puede ser el más remoto ejemplo registrado de la solidaridad guayaquileña (1822), cuando un sector de la hacienda La Atarazana, donado por Miguel Anzoátegui, se utilizó para construir un nuevo alojamiento para enfermos de lepra.

El Hospital Gineco-Obstétrico Alfredo Paulson con 43.000 m² de construcción, que hoy se inaugura en esta ciudad, es ciertamente otro referente de filantropía y solidaridad. Es también la evidencia de que el sector privado puede aportar a la comunidad local y nacional con obras de gran contenido social, ejecutadas con eficiencia y al menor costo económico. Sin despilfarro, como debe ser cuando se administra lo ajeno y además con la debida planificación. Especialmente en materia de salubridad, para satisfacer necesidades del incremento de pacientes en los próximos años.

Entre los aportes para la construcción del nuevo hospital está el de John Paulson, un inversionista de Nueva York, donante de una millonaria suma de dinero. El filántropo desciende de un emigrante guayaquileño y es por ello que tiene vínculos con esta ciudad; además de que aquí vivió como en otros lugares de Ecuador cuando tenía 17 años. Incluso residió y trabajó en Salinas; y tal vez hasta pudo ser el yerno del jefe de la Policía de ese cantón… pero esa es otra historia. LÉA MÁS

*Publicado previamente en el diario El universo el día viernes 19 de agosto del 2016.

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