viernes, 13 de marzo de 2015

¿Solidaridad con la corrupción?

Jorge G. Alvear Macías

Ciertas noticias recientes tienen un denominador común: la corrupción entremezclada con política. Lo confirman las últimas manifestaciones del papa Francisco y Barack Obama. El primero desea evitar la “mexicanización” de Argentina. El segundo dispuso suspensión de visas a una fiscal y a altos militares y policías venezolanos y congelación de sus bienes en Estados Unidos. Esto dentro de una declaratoria de “emergencia nacional” que situó a Venezuela como amenaza para la seguridad estadounidense.
Una fuente del Departamento del Tesoro explicó a BBC Mundo que los funcionarios sancionados están considerados “amenaza” para el sistema financiero estadounidense, y eso atañe a la seguridad nacional. La orden de Obama “ayudará a proteger el sistema financiero de Estados Unidos de los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela”.
Las declaraciones del papa no agradaron al presidente Peña Nieto ni a Cristina Fernández. Se deduce del pronunciamiento del canciller mexicano y del displicente comunicado del jefe de Gabinete argentino, quien expresó que la advertencia de Francisco no le parecía “una cuestión relevante”.
En respuesta a Obama, Maduro pidió poderes especiales a la Asamblea Nacional para enfrentar al “imperio”, pero los políticos opositores opinan que los utilizará para perseguirlos.
Para Sabina Berman, escritora y periodista, las palabras del papa no ofenden a los mexicanos. La intelectual considera que Francisco las utilizó bien y en el contexto de lo que significa el imperio de la corrupción y la degradación política, pues “en la corrupción se dan la mano y se vuelven vasos comunicantes el crimen y el Estado”.
Para salir de ese estado de postración, según Berman, la sociedad civil debe organizarse por fuera de las instituciones controladas por el poder político. Afirma que pocos quieren la opción de la revolución, “ya sabemos que las revoluciones destruyen a los países”. Obviamente, se necesita un acuerdo que trascienda clases sociales e ideologías, para crear una Fiscalía ciudadana. “En Brasil hay corrupción, pero hay una Fiscalía que hace justicia y que regenera el sistema…”.
El papa está bien informado sobre la narcoviolencia en México, donde “la cosa es de terror”, ha dicho. Cierto es que Argentina no tiene la violencia en los niveles de México, pero ya hay mafias chinas, italianas (calabresas), colombianas, mexicanas y peruanas, que operan a veces con militares retirados. Manejan el tráfico interno de cocaína y/o su envío a Europa. La Policía ha sido cómplice del tráfico en varias ciudades argentinas, especialmente en Rosario, “la Medellín argentina”

Pero retornemos al caso venezolano. En opinión del analista Diego Moya-Ocampos, las sanciones impuestas por Estados Unidos constituyen un contundente mensaje a militares y políticos que sueñan enriquecerse y a la cleptocracia venezolana. Yo agregaría que no hay el plan de un ataque militar que afirma Diosdado Cabello.

Pero hay más. Antier trascendió que la FinCEN, unidad antilavado de dinero del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, involucró a PDVSA en el lavado de $ 2.000 millones a través de empresas fantasmas y un banco de Andorra, dineros derivados de la corrupción y de otras actividades ilícitas, posiblemente para blanquear fondos del narcotráfico y del terrorismo.
Ante ese espejo, Maduro no debería esperar nuestra solidaridad. Representa un gobierno corrupto, arrinconado por sus propios desaciertos y abusos. 

*Publicado originalmente en el Diario El Universo el día viernes 13 de marzo del 2015.


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