domingo, 8 de diciembre de 2013

Menos agresividad

Jorge G. Alvear Macías

@jorgalve


Es indudable que vivimos tiempos que reclaman más democracia, generosidad, coherencia, sindéresis, consenso, menos agresividad, recato y honestidad en el quehacer de la política. Hoy más que antes son necesarias en los políticos y autoridades las actitudes de amabilidad y apertura al diálogo, y la presencia de la mujer puede contribuir a un liderazgo con menos tensiones.
Nelson Rolihlahla Mandela 1918-2013, ícono de la reconciliación
Para Celia Amoros, citada por la mexicana Ana Hernández, en su trabajo ¿Son las mujeres diferentes a los hombres en el ejercicio político?, los hombres usualmente asociamos el poder con la posición y el rango; en cambio, las mujeres “…ven el poder más a menudo como una retícula de conexiones humanas vitales”. Obviamente hay otras diferencias y muy importantes.
Desde la óptica de la profesora Hernández, las mujeres en puestos políticos suelen ser menos jerárquicas y agresivas. Son más abiertas, compasivas, participativas, trabajadoras, más prácticas y accesibles, más honestas, interactivas e inclinadas a compartir. Incluso más independientes a la hora de expresarse y de tomar decisiones y más vinculadas con las necesidades de los demás.
Lo anterior es pertinente a propósito de las recientes declaraciones del gobernador del Guayas, Rolando Panchana, que incluyeron descomedidas alusiones a doña Doménica Tabacchi, vicealcaldesa de Guayaquil, vertidas en el contexto de un supuesto irrespeto a las jerarquías, por parte de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil, que según él, no comunicó con tiempo el último simulacro de terremoto efectuado el 29 de noviembre.
El caso es que cuando la señora Tabacchi deploró la ausencia de entidades gubernamentales en el ejercicio del indicado simulacro, el gobernador comentó: “Yo no les respondo a las marionetas, yo le respondo al titiritero”, y agregó: “Cuando el alcalde (Jaime Nebot) asuma su responsabilidad, allí hablaré”. Aclaró que tiene la obligación de hacer cumplir la ley y que la responsabilidad en torno a riesgos es del Estado, no del Municipio de Guayaquil. Esto último entre otras puntualizaciones cargadas de tinte político.
El gobernador tiene razón respecto de su obligación de velar por la observancia de la Ley, se la imponen la Constitución y la Ley de Régimen Administrativo. Como agente del presidente de la República en la provincia debe cumplir lineamientos políticos. Eso es así y no cabe objeción. Pero para lo uno y lo otro, no era necesario un discurso con lisuras y provocación. Sobre todo porque lesionó a una dama, además representante de la ciudadanía por decisión popular. No por el señalamiento del dedo índice.
Lo real es que el indicado ejercicio de simulacro se realizó por cuarta ocasión. Ya hubo otros en los años 2009, 2011 y 2012. En esta vez antecedió una rueda de prensa convocada por la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) para informar sobre el simulacro y estuvieron representantes de la CTE, la Policía y la Armada Nacional. El alcalde Nebot afirmó que antes de ejecutarse el simulacro existió coordinación y notificación a tiempo a todas las instituciones públicas.
Además, el director de la Corporación para la Seguridad exhibió el acta de entendimiento firmada entre el Municipio y los delegados de la Gobernación del Guayas y otras instituciones del Gobierno Nacional.
Hasta que se aclaren las cosas, mi solidaridad con la señora vicealcaldesa.
*Publicado en el diario El Universo el día viernes 6 de diciembre del 2013


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