viernes, 2 de febrero de 2018

Terrorismo, narcotráfico y huevos

Jorge G. Alvear Macías


Ha llamado la atención que el pueblo de Quinindé recibió con una lluvia de huevos a Rafael Correa. Podría explicarse como un rechazo al abandono de los poderes del Estado, en desmedro de la seguridad ciudadana que se inició en su gobierno y se ha evidenciado con el atentado terrorista en San Lorenzo. Algo inédito en la historia del país y, sin duda, consecuencia de la política antiimperialista grotescamente sesgada, que benefició a China y eliminó la contención a los grupos guerrilleros y narcotraficantes colombianos.
Hasta el 2009 operó el Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL) en la base de Manta. Desde entonces, si bien las autoridades nacionales asumieron el “pleno control” de lo que fue un pequeño pero importante enclave estadounidense, dentro de instalaciones militares ecuatorianas, no es menos cierto que se afectó gravemente la concepción del esquema de seguridad vigente. La Constitución de Montecristi impidió la renegociación del convenio suscrito con EE.UU. en 1999. Un “gran triunfo” de sectores de izquierda y de grupos defensores de derechos humanos; algunos conscientes y otros miopes ante las consecuencias que se veían venir; algunos aparentemente relacionados con los beneficiados del negocio de la droga y de la narcopolítica, que fuera denunciada luego del bombardeo del campamento de las FARC en territorio nacional (Angostura) por la Fuerza Aérea colombiana.
Con el cierre del FOL en Manta casi desapareció la detección, control y rastreo de aeronaves dedicadas a las actividades relacionadas con el narcotráfico. Tales operaciones de vigilancia se trasladaron a Colombia, e incidieron en la lucha antiguerrillas y contra el narcotráfico, sobre la base de un acuerdo entre EE.UU. y Colombia. LÉA MÁShttps://www.eluniverso.com/opinion/2018/02/02/nota/6595330/terrorismo-narcotrafico-huevos
*Publicado originalmente en el diario El Universo el día viernes 2 de febrero del 2018.

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