viernes, 26 de agosto de 2016

Inoportuno anticipo

Jorge G. Alvear Macías


La lógica de la administración del Estado debería ser la misma que aplicaría un buen padre de familia para manejar la economía del hogar, ajustando sus gastos a los ingresos y sin endeudarse imprudentemente. Esto, a propósito del clamor para que se elimine el cobro del anticipo del impuesto a la renta, dado que actualmente se basa en supuestos ingresos que muy difícilmente se producirán.
Esta semana, la Cámara de Comercio de Guayaquil difundió un video con entrevistas a comerciantes de la ciudad, algunos de los cuales son muy conocidos (uno que otro apoyó a la “Revolución”), que advierten la caída de sus ventas hasta en un 50%; y otros, describen su actividad en condiciones de supervivencia.
Los múltiples anuncios de oferta para rentar locales en sectores antes con gran movimiento comercial también confirman la contracción económica en Guayaquil. Un conocido distribuidor de vehículos de larga data me compartió su angustia por el dramático descenso de las ventas, al extremo de que se vio compelido a cerrar dos de tres locales que tenía hasta hace pocos meses y a desenrolar trabajadores.
A nivel nacional se replican las voces de nerviosismo de los representantes del comercio y la industria, pues el consumo se ha frenado por la falta de dinero en los bolsillos de muchos. El alto costo de productos también ha incidido, forzando a los ciudadanos a salir a Colombia y a Perú a adquirir mercancías a precios más asequibles. Y por ello no merecen burlas ni reproches.
LÉA MÁS: http://www.eluniverso.com/opinion/2016/08/26/nota/5763351/inoportuno-anticipo?src=menu
*Publicado previamente en el diario El Universo, el día viernes 26 de agosto del 2016.

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