viernes, 8 de abril de 2016

Deshonestos y ‘paraísos fiscales’

Jorge G. Alvear Macías


Tal vez no proliferarían los “paraísos fiscales” (más de 70 en el mundo, incluido Estados Unidos) si los estados, como el nuestro, ofrecieran estabilidad política, seguridad jurídica a la propiedad y no cobraran excesivos tributos. Esto último obligó al célebre actor francés Gerard Depardieu a trasladar su domicilio a Bélgica, pues no pagaría impuesto sobre su fortuna ni sus herederos el impuesto a la herencia.
La baja o nula aplicación de tributos en ciertos países, además de la protección del secreto bancario atraen capitales y transacciones financieras lícitas, sin desconocer que hay quienes también se aprovechan para actividades ilícitas (ocultamiento y lavado de dinero del narcotráfico, venta de armas, sobornos y del peculado de gobernantes y funcionarios públicos de países pobres y ricos). Pero lo segundo no justifica que se satanice a personas que en el campo de lo lícito buscan y obtienen seguridad para sus patrimonios en los denominados “paraísos fiscales”, sin perjudicar a sus países de origen. Al menos, en Ecuador no ocurriría con los patrimonios lícitos, pues en concepto de utilidades o salida de capitales, el SRI los grava con exagerados impuestos. Claro, existe diferencia con el dinero mal habido, escondido en sociedades offshore. 
*Publicado originalmente en el Diario El Universo el día viernes 8 de abril del 2016

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