viernes, 12 de febrero de 2016

López y Assange

Jorge G. Alvear Macías


El primero, un civil encarcelado en prisión militar desde el 2014. El segundo, asilado en una embajada desde el 2012.
Leopoldo López fue condenado a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión, por instigación y asociación para delinquir; daños a propiedades e incendio intencional, no demostrados por la Fiscalía venezolana. López se entregó en lugar de escapar. Desde su reclusión ha hecho pocas declaraciones y su esposa ha sufrido vejámenes para visitarlo.
Julian Assange se considera perseguido de Estados Unidos por revelar secretos militares y teme que lo extraditen allá. Estando en Londres bajo arresto domiciliario, evadió a la Policía, ingresó a nuestra embajada y obtuvo asilo con la protección del Gobierno ecuatoriano. Él recibe visitas y hace declaraciones sin restricciones.
Cuando López fue sentenciado (2015), el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU exhortó al Gobierno a liberarlo e indemnizarlo. Barack Obama pidió su excarcelación. Felipe González manifestó que la sentencia fue “…el remate de esta burla sangrienta digna de la Stasi o la Gestapo”. Antes había observado: “A los países de la región se les hace difícil sostener los desmanes de Maduro”. El canciller venezolano rechazó los pronunciamientos, calificándolos de injerencia en los asuntos internos de Venezuela.
Ante ese rechazo internacional, Ernesto Samper (secretario general de Unasur) declaró su “respeto a las decisiones que adopten las autoridades jurisdiccionales” venezolanas. El canciller Patiño también afirmó respetar las decisiones judiciales soberanas de Venezuela.

El Grupo desmenuzó la sentencia así: fue dictada por juez temporal; el juicio a puerta cerrada duró 19 meses; no respetó el debido proceso legal ni las garantías judiciales de López, quien nunca conoció los fundamentos de las acusaciones; no pudo ejercer el derecho a una defensa adecuada “ni le admitieron las pruebas de descargo”.
El mismo Grupo estudió la situación de Assange y concluyó que fue detenido arbitrariamente. Pidió finalizar su detención e indemnizarlo. Recordaron que un fiscal sueco inició una investigación contra Assange por mala conducta sexual. En el 2010 en Londres fue llevado a prisión, donde permaneció 10 días aislado. Luego fue sometido a 550 días de arresto domiciliario. Entonces solicitó al Ecuador el estatus de refugiado en la embajada de Londres. Ecuador le “concedió asilo a causa del miedo del señor Assange” de ser extraditado a Suecia y posteriormente a Estados Unidos, para enfrentar cargos penales graves por “el ejercicio pacífico de sus libertades”. Estos especialistas habrían considerado que Assange sufre detención arbitraria, al no poder salir de la embajada y estar sujeto a vigilancia de la Policía británica.
Suecia, Gran Bretaña y Australia consideran que la decisión del Grupo no es vinculante. El primer ministro británico, David Cameron, declaró que Assange “…se atrinchera en la embajada ecuatoriana y, sin embargo, sostiene que está arbitrariamente detenido… lo que tiene que hacer es salir… que afronte un proceso en Suecia, un país con una buena reputación en justicia”.
Otro enfoque tienen Samper y Patiño. Samper piensa que los países involucrados deben llegar a un acuerdo sobre Assange “para dejarlo en condiciones de libertad”. Patiño: “Es tiempo de que dejen libre a Julian Assange… estamos hablando de una persecución… políticas arbitrarias…”. Ambos ignoran el drama de López. Contradictorias posiciones.

*Publicado originalmente en el Diario El Universo el día viernes 12 de febrero del 2016

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