Jorge G. Alvear Macías
En esta crisis económica y con las dificultades del sector público para pagar a sus contratistas, ojalá que el anuncio de nuevas inversiones se concrete en la generación de empleos o al menos en el mantenimiento de las plazas existentes, para enfrentar el 2016. También hay que pensar en el consumidor de bienes y servicios, dado el alto costo de la vida, y en la modificación de políticas tributarias.
Los empresarios y la sociedad piden que el Gobierno escuche sus propuestas de solución a los problemas de la producción, reflejados en la baja generación de empleo y caída del poder adquisitivo. Piden a las autoridades entender que la desaceleración de la dinámica empresarial privada se originó principalmente por las erradas decisiones gubernamentales, que se deben revertir.
Ciertas actividades económicas han sido más afectadas por las inadecuadas políticas tributarias, como la de seguros, que también traslada sus costos al consumidor. Por ejemplo, las compañías de seguros operan con reaseguradoras internacionales, para cubrir los riesgos de contratos especializados con gran costo de cobertura, que no pueden asumir las empresas nacionales (seguros de presas hidroeléctricas, turbinas, naves marítimas, aéreas –civiles o militares–). Las primas por reaseguros deben pagar el 5% del impuesto de salida de divisas, que en la práctica lo asumen las aseguradoras nacionales. También asumen el 5,5% del impuesto a la renta, que correspondería a la reaseguradora extranjera que ya tributa en su domicilio y rechaza la doble tributación.