Jorge G. Alvear Macías
Se ha intensificado la discusión sobre la inconveniencia de que el máximo órgano de gobierno del IESS tenga un representante de la Función Ejecutiva. Un estamento de ese nivel requiere una adecuada integración técnica y proba, libre de presiones del poder político. Sus miembros deben ejercer el cargo en función de los mejores intereses de los afiliados y precautelando la solidez financiera institucional.
La negativa experiencia con la administración de los dineros del IESS, antes y durante el actual Gobierno –especialmente en los últimos 5 años–, exige un esfuerzo extraordinario enfocado en proteger el futuro financiero de la institución y en mantener sus servicios y prestaciones con un aceptable grado de calidad. La reciente supresión del aporte fijo del 40% que realizaba el Estado para el pago de pensiones de jubilados, hace evidente la urgencia de una nueva e integral Ley del IESS. Ya se han vertido varias opiniones que consideran necesario extraer de la administración del IESS a la representación de la Función Ejecutiva, pues aquella solo habría respondido a la agenda de esa función, algo que incluso riñe con el concepto de autonomía.