viernes, 23 de mayo de 2014

Galápagos y Maduro


Jorge G. Alvear Macías

@jorgalvejorgalve@yahoo.com

Estudiante durante manifestaciones contra el gobierno
Ni Fidel ni Raúl confían en Maduro. Lo declaró Alina, la hija de Fidel, el lunes pasado. ¿Qué parte de la receta cubana no funciona, o no la aplica Maduro según lo instruido?

No son pocas las noticias de que en la represión de protestas estudiantiles en Venezuela intervienen cubanos. Pertenecen a una numerosa fuerza de especialistas en métodos represivos. Actúan infiltrados en los enfrentamientos entre gobierno, policía, militares, colectivos chavistas armados y estudiantes.

Distintas fuentes afirman que los cubanos asesoran a la policía política, a militares y en los controles de la ciudadanía. Resultan los mejores aliados de Maduro para sostenerse, pero las protestas pacíficas tienen gran aceptación en la población (65%) y se han incrementado.

No sirvió para contener las manifestaciones, por ejemplo, apresar al joven político Leopoldo López. El gobierno lo acusó de “instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir” y hasta de “autor intelectual” de la violencia. Sin una debida investigación y vulnerando los derechos de López. Igual, el fiscal lo acusó de autor de disturbios, muertes y lesiones; y una “jueza provisoria” ordenó su captura por un infundado sinnúmero de delitos, entre otros: homicidio y terrorismo… ¡terrorismo!

Medios colombianos relataron que la jueza confesó a una amiga en Estados Unidos que debía enviar a la cárcel al político, pues de lo contrario perdería su cargo. Una “jueza provisoria” –de libre remoción– equivale a una “jueza temporal” en nuestro medio. Similar a las que actuaron en el proceso penal seguido contra un periodista y directivos de este Diario y la que sentenció a los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita.

La falta de pruebas en un Estado de derecho obligaría a liberar a López. Pero claro, en Venezuela es difícil que un juez tome decisiones en contra del gobierno. Podría pasarle lo que experimentaron en este país exjueces de una Sala de la Corte Nacional. O algo peor. Es que en el 2009 fue apresada arbitrariamente la jueza María Lourdes Afiuni, porque concedió libertad condicional a un opositor del gobierno. Ella denunció en un libro que en la prisión fue violada, como consecuencia embarazada y sufrió un aborto, entre otros abusos.

Las protestas en Venezuela siguen generando reacción internacional, pese a que ciertos gobiernos latinoamericanos no les prestan atención. La Universidad de Harvard en EE.UU. entregó en ausencia a Leopoldo López el premio Alumni Achievement Awards 2014.

La Universidad reflexionó que López lideró las protestas de los estudiantes por la alta inflación, el crimen, escasez de productos básicos, corrupción e intimidación a los medios de comunicación y a la oposición; y que López pidió dialogar sobre los caminos constitucionales para lograr los cambios exigidos por la población, pero en respuesta el gobierno reprimió, encarceló a cientos de estudiantes y a López.

Su esposa declaró que le pidió no entregarse, pues lo mantendrían preso por mucho tiempo y sin garantías de una justicia imparcial. López habría respondido: ‘Precisamente por eso me entrego, porque esto tiene que cambiar en mi país’.

Ojalá los cancilleres reunidos hoy en Galápagos promuevan que Maduro escuche a la oposición sin cortapisas, pero primero libere a López. Ni los Castro confían en él.
*Publicado originalmente en el diario El Universo, el viernes 23 de mayo del 2014.
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