En el desarrollo de la vida nacional –reconociendo la posibilidad de satisfacción parcial de ciertas necesidades básicas de las grandes mayorías–, es indudable que se ha generado una polarización de posiciones a favor y en contra de nuestro gobernante. En medio de este fenómeno social, a muchos se nos entrecruzan interrogantes con relación al futuro, pues el trabajo y la búsqueda del bienestar no se efectúan en las mejores condiciones cuando existe un ambiente de intranquilidad.
No es exagerado sostener que el grado de beligerancia y confrontación, que nos impide acercar posiciones, hoy como nunca antes, nos ha puesto en la lupa del escrutinio internacional. Se han expresado duras críticas por la falta de aplicación del concepto democrático de participación plural y de la separación –efectiva– de las funciones del Estado. En este contexto se acusa además la falta de independencia de la Función Judicial y de confiabilidad para solucionar los litigios.
En circunstancias tales, debemos aceptar que no es posible cumplir un plan de vida racionalmente entendido y eso no debería ser soslayado por nuestros gobernantes, líderes y la ciudadanía toda.
No es exagerado sostener que el grado de beligerancia y confrontación, que nos impide acercar posiciones, hoy como nunca antes, nos ha puesto en la lupa del escrutinio internacional. Se han expresado duras críticas por la falta de aplicación del concepto democrático de participación plural y de la separación –efectiva– de las funciones del Estado. En este contexto se acusa además la falta de independencia de la Función Judicial y de confiabilidad para solucionar los litigios.
En circunstancias tales, debemos aceptar que no es posible cumplir un plan de vida racionalmente entendido y eso no debería ser soslayado por nuestros gobernantes, líderes y la ciudadanía toda.