viernes, 14 de diciembre de 2012

El riesgo

Jorge Alvear Macíasjorgalve@yahoo.com 


En relación al debate efectuado por iniciativa de la Cámara de Comercio de Guayaquil, con la asistencia de solo seis candidatos a la presidencia de la República, compartiré mis reflexiones, ante la ausencia de dos candidatos.

Primera. Las elecciones libres y auténticas permiten la participación del ciudadano y la vida democrática. En el 2013 no solo elegiremos presidente y asambleístas, también expresaremos aceptación o rechazo a las políticas y al rumbo del actual Gobierno.

Segunda. Las elecciones están profundamente vinculadas a la libertad de expresión e información. Para votar es indispensable la mayor información posible. Es trascendental conocer los hechos, que las ideas y opiniones circulen libremente.

Para la Corte Interamericana de Derechos Humanos es imprescindible proteger y garantizar el derecho a recibir información en el debate político durante un proceso electoral.

Tercera. El debate de las propuestas de todos los candidatos debe ser libre y desinhibido, abriendo espacio a la disidencia.

Cuarta. Las elecciones no son suficientes para garantizar la democracia. No se concibe un régimen democrático sin la abierta competencia entre fuerzas sociales y agrupaciones políticas que buscan el poder. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, existe competencia abierta cuando hay trato igual en las oportunidades del proselitismo.Así, concluyo que para adoptar una buena decisión al votar, es necesario un pensamiento crítico, que depende de información suficiente. Que nos libere de toda distorsión, parcialidad y prejuicio. El pensamiento crítico ayuda a buscar la verdad. Es manifestación de honestidad intelectual.

Por ello estimo que la ausencia de los candidatos Correa y Acosta perjudicó al público presente y al que siguió el debate por radio y televisión. Se privó de importante información y de la oportunidad de contrastar las ofertas de los ausentes.

Además, debe considerarse el riesgo de una decisión equivocada. Para elegir, debemos contar con suficiente información sobre los candidatos, que nos diga de sus antecedentes políticos y personales. Su perfil proveerá indicios de las influencias positivas y negativas a las que estarían expuestos.

Surge razonable registrar las propuestas, para construir un panorama con los planteamientos del candidato, pero en el plano de lo posible. Así con los indicios razonables se descubrirán las ofertas que entrañan peligro para el bienestar, imposibilidad de concretarlas o engaño.

Hay que votar pensando en el bien común, sin anteponer nuestros intereses. Primero deben atenderse las necesidades de los que menos tienen.

No cabe arriesgarnos ni arriesgar a los demás, decidiendo sin estar bien informados. Votar es un acto que entraña responsabilidad. De nuestra decisión dependen los demás.

No nos dejemos seducir por lemas de campaña, casi siempre altisonantes y sin contenido, como: “Una Patria para todos” “Tendrás un sueldo mientras buscas empleo”. Estemos alerta con los que cambian su discurso; y, con el lenguaje ampuloso, eufemístico e impreciso, que no explica cómo se cumplirán los ofrecimientos.

Entendida la iniciativa del candidato, podremos exigir el cumplimiento del compromiso, cuando llegue al poder. Los especialistas entrevistados en los medios, constituyen un apoyo para identificar a quienes tienen la intención de servirnos desde el poder o buscan servirse de este. Y para identificar el riesgo…

“…El problema no es que mientas, el problema es que te creo…” dice Arjona. Ese es el riesgo.


*Publicado en el Diario El Universo el viernes 14 de diciembre del 2012

No hay comentarios: